No es choro
En una época donde la palabra “participación” se usa más como ornamento que como herramienta real de transformación, hay procesos que demuestran que, cuando la ciudadanía se organiza y el gobierno escucha, pueden suceder cosas importantes. Y no, no es choro ni frase de autoayuda democrática: está pasando, aquí, en Querétaro.
Reitero que tenemos gobiernos chafas porque nuestra conciencia cívica también lo es. Pero hoy, quiero reconocer una muestra de lo contrario: que cuando la sociedad civil y las instituciones se alinean, se puede construir algo más digno, más funcional y más esperanzador.
Un ejemplo claro es el trabajo que están llevando a cabo activistas en coordinación con la Coordinación Estatal de Desarrollo Municipal (CEDEM) y el Centro Estatal de Participación Ciudadana de Querétaro (CEPACIQ), para desarrollar nuevos reglamentos municipales de participación ciudadana. No desde la imposición, sino desde el diálogo y la colaboración. No desde el escritorio burocrático, sino desde el territorio y con la mano extendida para encontrar consensos.
Este proceso ya se puso en marcha con los diálogos regionales en la Sierra Gorda, iniciando con los municipios de Pinal de Amoles, Arroyo Seco, Jalpan de Serra y Landa de Matamoros. Activistas presentaron una propuesta de reglamento tipo, elaborada por organizaciones de la sociedad civil, que servirá como base para que los municipios puedan construir sus propios reglamentos ajustados a la realidad local.
Y lo más importante: hubo recepción y apertura. Participaron activamente secretarios del ayuntamiento, regidores, directores jurídicos, titulares de desarrollo social y secretarios técnicos. Coincidieron en la necesidad de incluir los 10 mecanismos de participación previstos por la ley estatal, como el presupuesto participativo, los cabildos abiertos o la iniciativa ciudadana.
La meta es clara: que para los primeros días de agosto, la Sierra Gorda cuente con un andamiaje reglamentario sólido y eficiente, que elimine los cuellos de botella y permita que la ciudadanía acceda sin obstáculos a los mecanismos que la ley ya reconoce. Suena sencillo, pero en un país donde muchas leyes se quedan en el papel, esto es avanzar con los pies en la tierra.
La presencia del subsecretario de Gobierno, Carlos Hale, junto con Gaby Jasso de la CEDEM y Bernardo Vargas en representación de Daniel Muñoz del CEPACIQ, muestra que hay voluntad política para empujar este proceso. Pero más allá de la foto institucional, lo relevante es que este trabajo no es aislado: es el preludio de una serie de foros regionales que se organizarán entre la Legislatura local, la Secretaría de Planeación y Participación Ciudadana, los 18 municipios, el Instituto Electoral de Querétaro y, por supuesto, la sociedad civil.
¿Es suficiente? No. ¿Falta mucho camino? Sí. Pero esto ya es una muestra tangible de que la participación ciudadana no es solo un argumento decorativo, sino un derecho vivo que genera gobernanza.
Porque sí: la participación importa. Y cuando nos importa, las cosas se mueven.
@CesarZafra