NOMBRAMIENTOS. Quizá las auténticas razones de la remoción de Carlos Alcaraz de la Secretaría de Gobierno nunca las sabremos. De hecho, podemos apostar a que jamás sucederá, así que solo nos quedaremos con la declaración oficial sobre su próxima colaboración con los trabajos del tren México-Querétaro, uno de los grandes proyectos del gobierno federal. Lo que ha sido muy comentado es la llegada de Eric Gudiño Torres a la SEGOB, entre grillas adoloridas y expectativas de quienes le otorgan el beneficio de la duda y los que conocen su trabajo en tierra. Gudiño no es tan nuevo en el área de gobernabilidad, pues se ha especializado en tareas de concertación social y política, lo que le ha abierto la puerta para entablar vínculos con organizaciones sociales de todo corte. Es más: en su carrera ha logrado amasar una gran cantidad de relaciones, mismas que se encuentran en toda la colorimetría, variable que le hizo elegible para el cargo. Claro que tiene sus detractores (como todos), y hay quienes ya le achacan incluso el poder de la ubicuidad; lo colocan y acusan de hacer cosas que nunca hizo. Que quede constancia: llegó para tender puentes, como lo señaló en su primer encuentro con medios, pero ya desde el 5 o 6 de julio los kamikazes de cierto exrector le estaban tundiendo. Típico de ese grupito, pero hasta con ellos hay la voluntad y apertura de sentarse a deglutir sus demonios y pánicos. Este voto de confianza otorgado por quien ostenta el poder viene de su trabajo en campo, donde tiene buen alcance y resultados favorables. Déjense de chaquetas mentales. Al tiempo.
SINDICATO. Que donde traen un desmadre es en el Sindicato de los Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado, pues los sindicalizados han votado y ha ganado el “fuera Julian Terrazas”, secretario de Conflictos, a quien le achacan bajarse los chones con la parte patronal. Haro está dando maromas para tratar de llevar el asunto porque no encuentra la forma de salir bien librado del merequetengue. Algunos de los inconformes con su trabajo ya lo quieren fuera, pero observan cierta resistencia, cosa que le puede acarrear más costos que beneficios a don Luis. Incluso hay otros que ya plantean visitar la Plaza de Armas para visibilizar su molestia. Aún hay tiempo.
GILBERTÓN DINERÓN. Platicábamos recientemente con un colaborador de la UAQ, quien confirmaba que el asunto del desvío de recursos durante la gestión de Gilberto Herrera era más que real, motivo por el que se interpuso una denuncia en 2020. “Que salga ahorita huele a otra cosa, pero de que sí se chingaron dinero, lo hicieron”, apuntó el abogado. Otra historia estaría escrita si Marco Carrillo hubiera dicho que sí a lo que pedía el Chino García Ramírez en aquella elección del 2011. El diputado nunca hubiera sido diputado ni senador, ni andaría como chivo en cristalería. La falta de voluntad y peridica política de hace 13 años hoy tiene sus consecuencias, pero así es la grilla. Y respeto a la denuncia, el abogado general de la UAQ fue contundente: nosotros no politizamos, cumplimos la ley. Tssss, en el hocique.
NECEDAD. Que sí estaba invadiendo la ciclovía, que sí grabó a una persona sin su consentimiento, que sí violó el reglamento de tránsito, pero esdeque no hay apertura para el diálogo. El tema de Teresita Calzada escaló al grado de que ahora los colectivos le exigen una disculpa pública, y hasta César Cadena está empezando a recoger los platos rotos que está dejando en el camino la legisladora. ¿Hasta dónde alcanza la soberbia?
