Como regalo del día de reyes, el gobierno federal dio a conocer, una vez más, el cambio de ruta de las vías férreas del Tren del Capricho.
El presidente de la Hoteleros de la zona de la Rivera Maya, informó que la mayoría de los hoteleros está de acuerdo en que el ferrocarril pase a un lado de los hoteles. Hecho que confirmó Rogelio Jiménez Pons, director de Fonatur confirmó el “acuerdo”, asegurando que era más fácil “donar” para que el tren pase cerca de la zona hotelera.
Una vez más, personal del Ejército Mexicano apoyará en la construcción de algunos tramos, hecho que también aseguró el director de Fonatur (Fondo Nacional de Fomento al Turismo).
En el año 2020, comunidades indígenas consiguieron suspensión definitiva en algunos tramos que afectaba directamente a sus zonas habitacionales. Luego vendrían áreas con vestigios antiguos de la región Maya que también obligaron a suspender y hacer cambio de trazos en la ruta. Todo un drama la obra del capricho. Hasta entonces se contaban 25 juicios de amparo promovidas por 327 personas.
En 2020, un grupo de comunidades indígenas, campesinas, urbanas y costeras de los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, en el sureste de México, así como organizaciones de la sociedad, obtuvieron una suspensión definitiva del Tramo 2 del Tren Maya. Como efecto de la suspensión no se podrían ejecutar obras nuevas con relación al proyecto, el cual abarca de las comunidades de Escárcega a Calkiní, en el estado de Campeche. No se volvió a saber sobre la sentencia de fondo del amparo presentado. Ese fue uno de tanto revés en los juzgados para Andrés Manuel López Obrador, quien no gusta de respetar leyes ni sentencias de las autoridades judiciales.
En el año 2020, el periódico italiano La República denominó el “Tren Maya de la Vergüenza”, por la serie de destrozos que causaría a la selva del sur sureste de México. El diario destaco que el anuncio se hizo “a lo grande” a principios de año, pero los trabajos de excavación comenzaron después de cuatro meses. “Luego, cuando el proyecto se dio a conocer en detalle, salieron las primeras fallas (la corrupción de la 4T). Los contratos se adjudicaron mediante convenio privado. A algunas empresas estatales, pero también a grandes holdings, como el Grupo Carso, del magnate Carlos Slim”.
El costo de la obra se ha incrementado con el paso del tiempo, llegando a los 200 mil millones de pesos (hasta ahora). El presupuesto inicial fue de 140 mil millones de pesos. Desde el año 2019 se hicieron los primeros cambios o ajustes de ruta en el trazo. Todo indica que el apresurado proyecto lo hicieron “sobre las rodillas”. Entre juicios de amparo y cambios por la pésima planeación, la obra se encareció; algo que no se le da al gobierno de López Obrador, en referencia a la buena planeación.
Por algo el presidente había emitido el “Acuerdo administrativo”, para que nadie le molestara y la mala planeación de sus obras fuesen declaradas con la naturaleza de “seguridad nacional”; Acuerdo que la Corte dejó en suspenso gracias a la impugnación que promovió el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), dado que el gobierno de la 4T, pretendía ocultar toda información, atentando en contra del legítimo derecho ciudadano a la información gubernamental, lesionando, además, otros derechos. López se alegró de la suspensión de su Acuerdo, afirmando que había quedado firme, otra de tantas mentiras del presidente.
A pesar de tantos tropiezos, el señor Rogelio Jiménez Pons, asegura que ha habido ahorros de 5 mil 500 millones de pesos ¿Ahorros? Por supuesto solo fue un informe que dio sin sustento alguno. También argumentó que toda la inversión se recuperaría aumentando el costo de los boletos al turismo. Así de fácil, tal y como lo hicieron con la destrucción de la obra del aeropuerto de Texcoco, cuando AMLO aseguró que se ahorró dinero del presupuesto, luego dijo que solo se habían perdido 100 mil millones de pesos, para luego desmentirlo la Entidad Superior de Fiscalización, al afirmar en el dictamen que la pérdida ascendía a 300 mil millones de pesos.
Así se las gasta el presidente de la República, derrochando los recursos públicos, a la vez que hace recortes a las transferencias a los Estados y municipios, solo así se puede entender el por qué de los recortes y derroches. Los buenos deseos que pidió López Obrador a los reyes, al siguiente día se desvanecieron con la realidad. Ahora los hoteleros de la zona pagarán las consecuencias, seguramente les hicieron “manita de puerco”, para aceptar el trato y “donar” terrenos para el paso del tren.
Héctor Parra Rodríguez