Una vez detenido Rafael Caro Quintero, el llamado “jefe de jefes”, surge la disputa mediática entre autoridades de la DEA, el embajador Ken Salazar y el mismo Andrés López Obrador. Mientras se ponen de acuerdo, el detenido promovió juicio de amparo para evitar ser extraditado, habiendo concedido la autoridad judicial federal, la suspensión de plano, del acto reclamado. Solo para el efecto de agotar el juicio de extradición.
Ahora viene el problema de fondo y no mediático ¿Se queda Caro Quintero en México a seguir cumpliendo con la sentencia de prisión que había sido revocada y después vuelta a confirmar o se aprueba la extradición?
La interrogante seguramente llevará varios meses hasta que termine el juicio de extradición. Una vez en prisión, sigue el cómputo de la sentencia incumplida. No se fugó, la autoridad federal judicial lo dejó en libertad, hecho lo cual, otra autoridad superior revocó esa sentencia, la ejecutoria ordenó nuevamente su detención para que continuara compurgando la larga pena de prisión.
simultáneamente autoridades de los EUA, reclaman al detenido para ser procesado por diversos delitos, entre ellos la muerte de Enrique Camarena, desde siempre solicitaron la detención y extradición del nuevamente famoso Caro Quintero, de quien ya nadie se acordaba.
¿Ayudaron las autoridades norteamericanas para la localización y detención del delincuente, sí o no? La DEA afirma que sí. Hay quien afirma que la misma vicepresidenta kamala Harris, dio información a López Obrador, sobe la localización de Caro Quintero, razón por la cual, curiosa y coincidentemente lograron casi de inmediato la aprehensión Rafael Caro.
Ken Salazar, el embajador lambiscón, quien ha sido criticado por autoridades estadounidenses, por el amasiato que vive con AMLO, sin tener competencia en el asunto, defiende a López y afirma que las autoridades mexicanas son las únicas que lograron la detención del “jefe de jefes” ¿Quién tiene la razón?
No ha faltado quien difunde a detalle toda la información que dio la vicepresidenta Harris a López Obrador, no solo sobre Caro Quintero, también en relación al movimiento de otros carteles que operan libremente en México. Bajo los acuerdos de cooperación en la materia, lo más asequible es que, la DEA proporcionó la información a López y a este no le quedó más remedio que operar de inmediato la detención.
También hay quien afirma que existe desconfianza en el personal de la SEDENA misma que sí brindan a la Marina. La detención del General Salvador Cienfuegos en los EUA, exsecretario de la SEDENA, arrojó mucha información, por ello lo trasladaron de inmediato a México con el supuesto propósito de que fuese procesado en territorio mexicano; pero, oh sorpresa, AMLO lo protegió, habiéndole otorgado nombramiento de asesor en la SEDENA. Por esa y muchas más razones se genera (dicen) la desconfianza hacia el personal del Ejército Mexicano, no exento de actos de corrupción, más ahora aliado en los negocios con la 4T.
Con o sin la intervención de las autoridades norteamericanas para lograr la aprehensión de Caro Quintero, el asunto está en manos del Poder Judicial Federal. Asimismo, está en manos del Poder Ejecutivo compurgando pena de prisión. Las autoridades no han precisado con documentos que sirvieron de fundamento para la ejecución por parte del personal de la Marina ¿Ejecutaron orden de aprehensión para que continúe compurgando la pena impuesta por autoridades judiciales federales? O ¿Ejecutaron la orden de aprehensión con efectos de extradición? Conflicto de competencias no aclarado.
Mientras tanto, sigue el procedimiento de extradición sobre la cual los abogados de Caro Quintero, promovieron juicio de amparo, a fin de no ser extraditado. Falta mucho para saber si el gobierno de la 4T se decide por una u otra salida, pensando en la subordinación del presidente del Poder Judicial, hacia AMLO ¿Será la salida legal, de colaboración o política?
Si extraditan al sentenciado será prueba inequívoca y nos ilustre si AMLO terminó obsequiando la solicitud de extradición pedida por los EUA, para procesarlo allende la frontera; o, de lo contrario, decide dejarlo en México para que termine de cumplir la sentencia de prisión impuesta por autoridades mexicanas y no es extraditado. Así de simple se puede terminar con las múltiples especulaciones. En estricto derecho.
Héctor Parra Rodríguez