Ayer domingo, a través de redes sociales, el senador y coordinador de la bancada de MORENA, Ricardo Monreal Ávila, acusó que la “nomenclatura” de su partido (partido de López Obrador) intentará obstaculizarlo en sus intenciones de ser candidato presidencial.
Por supuesto que así lo ha estado haciendo López Obrador, pero ninguno de los dos quiere un enfrentamiento abierto que termine por quebrar, antes de tiempo, los agandalles del mismo presidente de la República y a su “nomenclatura”.
Si bien insiste Monreal en ser el próximo candidato de MORENA a la Presidencia de la República y critica el método de encuesta propuesto por López Obrador, dada las trampas que ella encierra, sigue “respetando” a su “aliado de luchas políticas”.
No cesas los ataques, mientras Andrés López, “ni lo ve, ni lo oye”. El presidente sigue de frente jugando con sus “corcholatas” quienes con el paso del tiempo políticamente se desgastan más, se van tropezando en el camino cometiendo errores, como el de Adán López Hernández, quien, al acusar a una madre que busca justicia por la desaparición de un familiar de no creer en ella, los pocos “bonos” se vinieron abajo. Muestra y demuestra insensibilidad y despotismo.
Ricardo Monreal, sabe quién controla “la nomenclatura” de MORENA: su dueño. Al afirmar que intentarán obstaculizarlo para ser el candidato del partido aliado de la delincuencia organizada a la Presidencia, sabe bien que se enfrenta al mismo presidente de la República. AMLO controla la mayor facción del partido dividido en “tribus”, partido que ha perdido simpatías y adeptos en el camino; el poder desgasta, más cuando no cumple, engaña y roba.
Dijo Monreal que entiende su realidad, asegurando que la “nomenclatura política”, o sea AMLO y sus huestes, se opondrán; de hecho, ya lo hacen; en el video subido a Twitter dijo que intentarán (¿Intentarán?) erigir una facción en el poder ¡Es real y activa! Ricardo sabe que esa enorme “facción” ya existe, pero no quiere la confrontación abierta ni directa, sería un suicidio para él y el grupo que lo apoya.
En su manifiesto también señaló, para suavizar la confrontación: “que confía en la conciencia ciudadana que logrará profundizar la vida democrática del país”. No son tiempos de campaña ni confrontaciones”. Él mismo lo aseguró. Pero hace compaña mediatizadora al igual que sus contrincantes de partido. Luego aseguró: “que la voluntad libre se impondrá, y para ello lucharemos sin temor, sin miedo, con ánimo y rebeldía social y con causa” ¿Así o más clara la sorda confrontación?
Para no desbocarse e iniciar la aviesa carrera por la Presidencia de la República, atajó a fin de no ser sancionado por las autoridades electorales, dejando en claro (ya está en campaña) que, una vez llegados los tiempos legales de su partido (los que se enmarcan en la Constitución y Ley Electoral), aseguró que luchará para suceder al presidente López Obrador ¡Su partido ya inició la carrera ilegalmente! El huérfano no cede y con justa razón. Una de las causas por las cuales se sumó con AMLO y muchos otros, fue para terminar con el “dedazo” del Presidente de la República. Para el caso AMLO solo cambió la nomenclatura, llamada “dedazo”, para bautizarla con la denominación de “encuesta”, método que inspira todo tipo de desconfianzas y solo confían en él, los ungidos y el creador, claro también el pelele de Mario Delgado.
En sus dispersos discursos no podía faltar lo que anteriormente ha referido al expresar que tiene claridad respecto a los grandes retos que enfrenta México en materia de seguridad, justicia, cambio climático, campo, bienestar, ingresos, empleos, recuperación económica. Todo aquello que prometió López Obrador y no ha cumplido. Todo México tiene la misma claridad, salvo el miope o ciego del presidente López Obrador, quien asegura que todo va bien y la “gente confía en él”.
En el argot político no podía faltar el “guayabazo”. También aseguró que: “No será sencillo, pero para quienes provenimos de abajo, el camino nunca ha sido fácil. Y estamos acostumbrados a vencer adversidades y obstáculos”.
Habría que advertirle a Ricardo Monreal que nunca se ha enfrentado al obstáculo llamado: Andrés López Obrador. Dejó al PRI, pero no enfrentó al Presidente en turno. Luego abandonó el PRD, tampoco se enfrentó al poder de otro Presidente de la República. Esta vez sí sería la confrontación. El mayor obstáculo será difícil de vencer, salvo que, llegado el momento, el mismo AMLO considere que Monreal es su salvación y la mejor “corcholata”, entonces le abría la puerta.
En el discurso resalta su exceso de ánimo y confianza en sí mismo. Dijo tener entusiasmo, capacidad, salud y autonomía para lograr un México próspero y justo. Eso deseamos todos los mexicanos ¿Lo dejará pasar el autócrata de AMLO?
Héctor Parra Rodríguez