Trabajo profesional.
Ayer, desde temprana hora, pobladores de Zimapán tomaron instalaciones del Acueducto II en protesta por falta de agua potable en las comunidades de la demarcación hidalguense. Aunque no hubo recortes del vital líquido que llega hasta la capital queretana, se prendieron las alertas en el gobierno estatal queretano. Guadalupe Murguía envió a un equipo de sus mejores elementos de concertación, mismos que lograron destrabar el asunto; nada sencillo pero se logró. Cuando de materia de gobernabilidad se trata, la encargada de la política interior sigue sin dejar cabo suelto. La grilla sigue quedando adormilada frente al trabajo serio.
Mañoso.
Del asunto del Acueducto II no faltó el oportunismo de cierto senador, que vio el burrito y quiso treparse para aprovechar el viaje, pero solo él y sus esbirros pusieron atención a su señalamiento. Pasó de noche, como de costumbre. Ya siéntese, señor.
Guanguísimo.
La semana pasada se dio algún informe de actividades legislativas en el Gómez Morín. Quiso mostrar músculo pero quedó guango en comparación con el año pasado. Se observó cierta reserva del CEN. Ya no hubo plana mayor ni el mismo ánimo de las señoras con gorras rosas. Los gritos que le raspaban la garganta no logró levantar ese ímpetu en los asistentes como el año anterior. Y aunque llevaron a uno que otro porrista que recibía a los asistentes con gritos, solo uno que otro del staff le respaldaba con aplausos aislados. Quiere presionar para ver hasta dónde le alcanza.
De plástico.
La carrera judicial parece desechable, ya no se le da la misma importancia. Le quieren adornar con argumentos rimbombantes para justificar la entrada de ajenos al quehacer de ese poder. El dinero es dinero, decía el clásico.