Peras con manzanas. Al presidente de la Unión de Empresas de Seguridad Privada, Mario Aguilar Becerril, no le gustó que criticaran la forma en que sus agremiados reclutan elementos para sus corporaciones (a través de Facebook). Casi casi dijo que qué importa, que así también le hace la POES: lanzar convocatorias en redes sociales. La pequeñita diferencia es que los aspirantes a formar parte de la Policía cruzan filtros muy estrictos, que van desde pruebas físicas, psicológicas, toxicológicas y de conocimientos. No en balde se cuenta con una acreditación internacional (CALEA). Mario compara peras con manzanas, y en esa distinción pierde gachísimo. ¿Por qué lo siguen metiendo a lo del Policía del Año?
Felifer en las redes. El diputado federal, Felipe Fernando Macías, se convirtió en un “reportero de la fuente”. Su incursión en tierra le ha llevado a una nueva dinámica para sus redes sociales: llegar tempranito a tianguis o colonias populares, entrevista a los vecinos y tan tan: video pa’l Facebook. La estrategia le ha obsequiado buenos dividendos, pues tienen buen alcance. Pero no termina por mitigar las reacciones negativas. En careos con sus competidoras, sus negativos son altísimos, el diputado genera mucha animadversión al menos en redes sociales. Sus 37 mil seguidores son bien organicotes. Ni hablar de Twitter: es su dolor de cabeza.
Gavilán pa’l Marqués. Morena cada vez se asemeja más a un centro penitenciario que a un “movimiento”. No solo se trata del que mintió sobre su título universitario cuando era diputado y que debió enfrentar a la justicia, sino también por la inclusión del ratoncillo de Colón y de modo más reciente al fichaje de unas uñas de Gavilán. Resulta que en el Marqués los marrones podrían lanzar al expriista, experredista y también exdetenido por la Fiscalía, Gabriel Olvera. Sí, el que cobraba diezmo a sus colaboradores cuando era regidor. Falta poco para que a Rufina le asignen una partida presupuestal para la manutención de internos.
Notarios traviesillos. Estas instancias encargadas fundamentalmente de dar fe pública a diversos actos a veces se quieren pasar de listillas. El viernes nos explicaban que los donativos de padres a hijos (en el caso concreto se trataba de una propiedad) estaban exentos de impuestos. Pero al momento del trámite, “los de la notaría” le indicaron a los interesados que el movimiento generaba un 20% de tributo “por temas del SAT”. Estos vivillos se querían llevar una comisioncita de 240 mil pesos, sin embargo nomás no pudieron porque los clientes no se dejaron. A ver si para la siguiente se animan a soltarnos en qué notaría fue.