Hablemos de política.
Esta vez, cambiaré un poco el estilo de esta columna, pues derivado del inicio de los procesos electorales, creo prudente transmitir a mis lectores un poco del pensamiento del autor, respecto a la política y los políticos, con la única y leal intención de que puedan vislumbrar el porque a veces sostengo incomodos argumentos que rompen con dogmas forjados en su mayoría por el ego, la megalomanía y la necesidad humana de negar el caos natural.
Primero, debemos ver que la política únicamente es la transpolación de las pasiones humanas y aunque los políticos, quienes viven de o quienes pretenden estar en contacto con ella, busquen divinizarla e idealizarla retirando los tintes agrestes de la cotidianidad y agreguen toques fantásticos al relato con el fin de hacerla parecer un acto exclusivo de iluminados y elegidos, todo se reduce al poder y la forma de obtenerlo.
Quizá, usted ha oído o incluso repetido frases como: “El proceso está arreglado”, “Ya entregaron”, “Se vendió” o “Compraron muchos votos”, sin hacer un alto en el camino para reflexionar lo absurdo que suenan y lo idiota que resulta creerlas, más, cuando ni siquiera los beneficiarios primigenios de ellas son capaces de esgrimir una explicación medianamente lógica que permita dar verosimilitud a sus argumentos y recurren a la falacia “ad populum” para sostenerlas.
Alguna vez de ha puesto a pensar: ¿Cómo podría arreglarse una elección? ¿Cómo se podría controlar la voluntad de casi 100 millones de mexicanos? seguramente no, y lo entiendo, pues nuestra naturaleza humana nos conduce a tratar de explicar fenómenos de los cuales no tenemos control alguno a manera de placebo, por ello, la creación de dioses en diversas culturas desde el inicio de los tiempos; pero ese no es el tema, ni quiero entrar en debates ociosos, asi que tome lo anterior como mera referencia o recurso literario.
Quizá a estas alturas del texto, si usted es político u operador está buscando los más sesudos argumentos para justificar su trabajo o existencia en la fauna electoral, así que déjeme darle una ayudadita, ¿Le parece que empecemos con aquello de que las estructuras partidistas ganan elecciones? ¿Le gusta? Bueno, si no le gusta, ni modo, es mi texto y yo escribo lo que se me pega la gana ¡Faltaba más! Verá, si las elecciones se ganarán por medio de las famosas estructuras, ningún partido ganaría, pues si no se ha dado cuenta, en la mayoría de los casos estas ni siquiera alcanzan para cubrir la representación en casillas el día “D” ¿Lo había pensado? Seguro que sí, pero una cosa es pensarlo, otra externarlo y difícil asumirlo, pero continuemos ¿Le parece si seguimos con aquello de que las elecciones las ganan los candidatos? En esté caso, el argumento resulta medianamente valido, si pensamos en un entorno cuyo padrón electoral sea pequeño, este integrado por clanes o se rija por usos y costumbres, también un candidato puede hacer diferencia cuando se trata de elecciones cerradas o con “garbanzos de libra” como el caso del presidente López Obrador, pero en la gran mayoría de los casos quien termina por determinar el resultado es el partido político , sin importar el candidato o candidatos , derivado de que por un partido no se vota a un partido se le va , si, se le va , se le va con la misma pasión que se le va a un equipo de futbol o equipo del deporte de su preferencia , de la misma manera que se apoya a un deportista en lo individual aunque en su vida allá tenido el menor contacto con él; alguna vez conocí a un señor , que por razones practicas llamaré “Don Javier”, Don Javier le iba al PRI, aunque se quejará amargamente de ellos , al Real Madrid aunque en su vida pisó España y era moro , además de “hinchar por Boca” sin saber de Argentina más que de ahí es el asado , el simplemente les iba , asi de sencillo y cuando le preguntabas ¿Por qué les iba? La respuesta era muy simple: ¡Por que le gustaba! Asi de simple, Don Javier, no necesitaba mayor explicación. Pero hablemos de usted, del votante promedio ¿Sabe que representa al partido al que le va? ¿Alguna vez a leído sus documentos básicos? Le aseguro que no, usted vota porque le gustan sus colores, porque le cae gordo el de enfrente o en estos tiempos, porque votar ha convertido en la forma tangible de excluirse o integrarse a un sector social, aceptando o rechazando presuntos privilegios repitiendo como chamaco de catecismo una doctrina que ni siquiera conoce, pero le excluye de los prietos jiotudos con olor a desodorante genérico o en su defecto le diferencia de los blancos tontos, privilegiados y aspiracionistas.
¡Vamos a ganar! Se convierte en el dogma favorito en tiempos electorales, todos van a ganar, aunque no sepan cómo, ni tengan la menor posibilidad de hacerlo, vamos a ganar porque nos quieren mucho, vamos a ganar porque están muy enojados, vamos a ganar porque si, sería lo más fácil y más satisfactorio que estar buscando chichis en las culebras ante la realidad.
Continuara…
Lo que si no puede faltar son las
Lenguas Viperinas.
Cuentan qué, uno de los primeros acuerdos que ha logrado la alianza MORENA, VERDE; PT en el estado es para la presidencia municipal de Pedro Escobedo, donde pinta ser el bueno Juan Alberto Nava Cruz, actual secretario de gobierno de Huimilpan ¿Será?
Como siempre, la mejor opinión es la de usted y recuerde, no me crea a mí, créales a sus ojos; y si no le gusta lo que escribo ¡No me lea! Por favor, no me lea.
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