Recordemos la famosa frase del controversial líder chino Mao Tse Tung, fundador de la República Popular China:
“ La guerra es como la política pero con sangre,
La política es como la guerra pero sin sangre”
El libro “El Arte de la Guerra” que escribió Sun Tsu en el Siglo V a.c, ha tenido y tiene gran influencia en el ámbito militar, pero, desde su traducción al francés en 1772 esa influencia se ha trasladado, también, a la manera de Gobernar y a la Política, especialmente en campañas electorales del Siglo XX. Éste es un libro que muchos dicen haber leído, pero, que yo estimo solo lo ha hecho el 5% de esas personas.
Cómo lo he señalado en numerosas veces, la campaña política debe tener siempre una estrategia definida desde sus inicios como precandidato (aún antes) hasta el día de la elección. En esta columna tomaremos algunas frases del libro de Sun Tsu y las llevaremos a una estrategia de campaña.
P “El general que gana una batalla hace muchos cálculos en su templo antes de librar la batalla. El general que pierde una batalla hace pocos cálculos previos”.
No creo que sea necesario explicar la analogía en política, es una frase muy clara. El político ganador es aquel que tiene definida su estrategia, tiene toda la información necesaria para realizarla y cuenta con la gente precisa en su campaña para llevar a cabo las acciones correspondientes. Es necesario, aclararles a los candidatos, que su equipo de campaña no puede estar definido por compromisos políticos, por ser parientes o amigos, deben ser elegidos por su eficiencia, experiencia y compromiso.
P “Quien sea el primero en el campo y espere la llegada del enemigo estará fresco para la pelea; quien sea el segundo en el campo y tenga que apresurarse a la batalla llegará agotada”.
Como siempre les digo a los candidatos, siempre debe llevar la agenda política, debe preocuparse de colocar los temas a discutir cada cierto tiempo y así tendremos a nuestros contrincantes constantemente respondiendo, no proponiendo.
P “La energía que desarrollan los buenos guerreros es como el impulso de una piedra redonda rodada por una montaña de miles de pies de altura”.
Si ya se cuenta con la estrategia definida para la campaña, entonces, se necesita tener el equipo y la organización apropiados para llevarla a cabo y eso nos exige dos cosas. La primera es que el candidato sea un líder efectivo, “que excite a las personas para que rindan de manera excepcional. En contiendas electorales cerradas, el rendimiento excepcional no es un lujo, es la supervivencia que implica el triunfo” (N. Koehn). Segundo, al estar bien dirigidos y con una estructura de campaña sólida, el entusiasmo y la energía de su equipo será una fuerza invencible para lograr los objetivos.
P “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas”.
Esta frase está muy clara, si conocemos nuestras fortalezas y debilidades, podemos trabajar con ellas, saber resaltar las bondades y tener una buena defensa en las carencias. Con respecto al enemigo, nunca llevaremos la disputa electoral donde él tenga sus fortalezas y siempre la llevaremos donde él sea débil.
P “Aquel que puede modificar sus tácticas en relación con su oponente y así lograr ganar, puede ser llamado un capitán nacido del cielo”.
Ya he comentado en otras columnas, que ante situaciones inesperadas, cambios de sentimiento en el electorado o inclusive, por una mejora continua propia debido a la Escucha Ciudadana, debemos tener flexibilidad para hacer modificaciones cuando sea necesario, siempre eso sí, manteniendo una coherencia.
P “Considera a tus soldados como hijos tuyos, y ellos te seguirán hasta los valles más profundos; míralos como tus propios hijos amados, y ellos estarán a tu lado hasta la muerte”.
Toda la gente que está comprometida con el candidato, que pertenece a la estructura de la campaña, debe ser tratada de forma deferente y amable por el candidato y sus jefes. Con esto lograremos un compromiso emocional con el líder y sus objetivos. Siempre les recomiendo a los candidatos que se den un tiempo, aunque sea corto, en compartir con parte de su estructura, no desde el nivel de líder, si no, como un compañero de campaña.