Siempre fue evidente la incapacidad y falta de experiencia de Evelyn Salgado Pineda, para gobernar uno de los estados más violentos y conflictivos en México. Llegó por el “dedazo” de AMLO, como pago a su compadre Felix Salgado Macedonio, senador de la República, quien no pudo acceder a la candidatura por las denuncias de violación que pesan en su contra. Los resultados son evidentes: el fracaso total.
Se ha evidenciado escandalósamente el abandono a los guerrerenses por parte de la gobernadora Salgado, a consecuencia del huracán Otis, específicamente a los acapulqueños y municipios aledaños. No fueron atendidos, la gobernadora desapareció y AMLO les mintió. El Presidente no ha sido capaz de visitar las zonas del desastre por temor a que le “falten al respeto a su investidura”.
Varios meses después, la delincuencia controla y se adueña de las actividades comerciales por medio de la violencia.
Insostenible la ingobernabilidad. Evelyn apenas atina a lanzar loas de agradecimiento al presidente López y de ahí no pasa. La inútil no puede, no sabe gobernar.
El padre de Evelyn le impuso el gabinete y bajo la influencia del militarismo abrumador, los cargos de seguridad pública y gobernanza, quedaron en manos de militares. Nada cambió, la inseguridad no cesó y se fortaleció. En la Fiscalía una mujer militar.
Grave crisis de todo tipo viven en Guerrero los pobladores, no solo los de tierra caliente, otro tanto los de la costa. AMLO los abandonó, los dejó a su suerte y los diputados federales les negaron apoyos económicos extraordinarios para salir de la crisis del desastre natural.
En diciembre pasado el cínico del presidente se buró de los acapulqueños cuando sobrevoló Acapulco; expresó en esos momentos que “vio lucecitas de navidad desde el helicóptero, síntoma de recuperación”, cuando que, a casi 6 meses de distancia, aun se encuentran montones de basura por doquier, viviendas destruidas y la inseguridad creció, se enseñorea como símbolo de impunidad.
Severa crisis de gobernabilidad. Seria y grave la problemática. AMLO ha minimizado la situación. Algo extraordinario hizo cambiar la retórica: el asesinato del 44 normalista de Ayotzinapa, a manos de un policía estatal, cuando el hoy occiso y sus acompañantes se resistieron en un retén policial. Hubo disparos y falleció el agresivo normalista en territorio guerrerense.
¡Los focos de alarma se encendieron! Apenas unos días antes los inconformes por el homicidio masivo de los 43 normalistas de hace 10 años, habían arribado a Palacio Nacional y por medio de la violencia derribaron un zaguán. No hubo detenidos. El presidente culpó a los conservadores. Sin embargo, las cámaras digitales de algunos fotógrafos captaron en los actos de violencia en Palacio Nacional al normalista, hoy occiso. No hubo manera de fortalecer la mentira presidencial, como tantas otras, culpando a terceros y exculpando a los normalistas. Sí fueron los normalistas los violentos.
Pero, como el estudiante de nombre Yanky o Yanqui Kothan Gómez Peralta, murió en el Estado de Guerrero y a manos de un policía estatal, las cosas se le complicaron a los 3 gobiernos morenistas, municipal, estatal y federal ¿A quién culpar de los lamentables hechos?
Una vez que enterados que el normalista asesinado era del grupo de los violentos ayotzinapos, AMLO prendió la alarma y se posesionó del asunto. La violencia había iniciado, quema de camiones y oficinas.
Generaron confusión de los hechos y las versiones, la “verdad histórica” tan criticada por la muerte de los 43, ahora no hay quien la estructure legal y formalmente. La rapidez de los eventos se los tragó.
AMLO se entromete y arruina las cosas. El presunto homicida huye, nunca fue detenido legal y formalmente y el “salpicadero de responsabilidades”. Todos culpando a todos ¿Qué sucedió? Se echan culpas y el resultado, el policía que accionó el arma se fuego huyó durante la confusión.
Mientras que el entrometido del presidente pide al presunto responsable se entregue; así de simplón.
Nada de seguridad pública, para qué orden de aprehensión, AMLO pide al presunto se entregue a la justicia ¿Por qué no hace lo mismo con todos los involucrados en la delincuencia? Total, es el juego del demagogo.
AMLO no quiso atender a los normalistas cuando fueron a Palacio Nacional y ordenó atenderlos el sub Secretario de Gobernación; López atendía el adoctrinamiento mañanero. Después de haberse negado a recibirlos, hora no quiere que otros atiendan a los ayotzinapos: solo él; rechazó la intervención de otro solícito entrometido: Ricardo Monreal Ávila; a este lo mandó a volar.
Como acto de desesperación Evelyn Salgado ordenó de cese de los Secretarios de Gobierno y Seguridad Pública, de paso a la titular de la Fiscalía. Está en su derecho de despedir a los 2 primeros, pero ¿a la Fiscal?, una dama miliar, la señora gobernadora no puede destituir ni despedir a la Fiscal. Además ¿Por qué razón? Sandra Luz Valdovinos Salmerón, militar y Fiscal, adelantó, y advirtió, que la gobernadora no la puede despedir. Y tiene la razón legal. La Legislatura la nombró, la legislatura es quien la puede despedir, previo derecho de audiencia.
Lo más sencillo en los casos en que reina el caos administrativo y de gobernabilidad, es despedir a los mandos superiores, así diluye la responsabilidad ¿Por qué no fue en contra de esos altos funcionarios como le hicieron en el caso de los 43? Pues no. Es más espectacular “cortar cabezas”. Ahora están al frente encargados del despacho en seguridad y gobernanza ¿Eso resuelve el problema? Claro que no.
La responsable del mal funcionamiento en la gobernanza y la seguridad pública en Guerrero, es imputable la gobernadora Salgado; ella nombró a los 2 secretarios, ella debe responder por sus acciones.
Juego de carambola de doble banda con los ayotzinapos. AMLO no resolvió -como lo prometió- el esclarecimiento del homicidio y localización de los 43; ahora se le suma el asesinado número 44 y tampoco puede hacer nada, todo por entrometido en asuntos que no son de su incumbencia ni competencia legal.
Otro supuesto parecido por la intromisión de López, como fuera el de la Línea 12 del Metro, en la CDMX, muchos muertos y heridos; AMLO ordenó que él sería el único que hablaría del tema. Tampoco era de su incumbencia, todo por proteger a quien, a la postre, sería su candidata a la Presidencia. Ahora se trata de Evelyn, hija de su compadre, también se entromete y nada resuelve. Se le fue de las manos el asunto de los ayotzinapos.
Al final, reina el caos tanto en el gobierno de Guerrero como en la administración federal.
AMLO privilegió los negocios y olvidó la gobernanza que ahora es un total desorden. En manos del crimen organizado gran parte del territorio nacional. Nada resuelve, pero que buenos negocios ha hecho con las obras faraónicas que hasta hoy son una nulidad.
Héctor Parra Rodríguez