Fosforena, Primor, Prian son acrónimos utilizados por los partidos políticos para demeritarse, desprestigiarse y también para definirse. La realidad es que la mezcla de siglas no tiene nada que ver con ideologías sino con un simple y llano pragmatismo. Tiene que ver con afianzar el poder de sus cúpulas para mantener cuotas y prerrogativas.
En frio: los partidos políticos son negocios, sus dirigentes lugartenientes y su voto duro clientelas. La organización partidaria, pagada del erario público, está llena de simulación y gatopardismo. Después de las elecciones todos veremos que ningún partido pudo acreditar el cien por ciento de su representación electoral en las casillas. Tuvieron por lo menos 3 años desde la pasada elección para armar sus estructuras y negligentemente no lo hicieron.
Los partidos políticos son entes de interés público, reciben dinero público y supuestamente son herramientas de acceso al poder público. ¿Entonces por qué no pedirles cuentas? No solo de lo que gastan en campaña, sino también de su desempeño diario.
Los partidos no dejan de verse al ombligo, viviendo en una burbuja y fomentando complicidades. Esa es su inercia, y esa misma característica tiende a llegar a los cargos de poder. Tenemos una clase política desprestigiada, pero también no vigilada y por lo tanto impune.
Decir que es tiempo de la ciudadanía para muchos puede preverse como vago, ambiguo e ingenuo. Pero es más ingenuo es pensar que llegará un gran liderazgo a salvar nuestra nación, es más ingenuo pensar que los planes A, B y C son la solución del galimatías, más ingenuo es pensar que desde la autocracia y la negligencia se obtendrá un estado de bienestar.
Per se NINGÚN partido es digno de confianza, ¡pero es lo que hay! Para las próximas elecciones es mejor plegarnos a las candidaturas, a las que ofrezcan propuestas, pero también libertad de decisión. De nada sirve un legislador que, antes de llegar al curul o escaño, ya tenga comprometido su voto a favor del autoritarismo y en contra de la progresividad de derechos.
Dado el contexto político nacional no hay otra opción que involucrarse. Participar con el voto el dos de junio no será suficiente. Es necesario participar, ser críticos y proponer; pero sobre todo es necesario que, quienes logren obtener un cargo de elección popular, sientan que los estamos observando, que le damos seguimiento a sus acciones. Que señalaremos la negligencia y la impunidad, pero que también reconoceremos los aciertos. Eso también es democracia.
@CesarZafra