KURI Y LOS CONTRAPESOS
El diagnóstico del gobernador Kuri es inobjetable, los resultados electorales determinan que el control del poder no será por otro poder, de acuerdo con la esencia del régimen democrático, Ante un poder legislativo controlado y una Suprema Corte en vías de extinción, los contra pesos tendrán que encontrarse fuera de las instituciones. Kuri convoca a un diálogo para definir la responsabilidad y participación de otros factores de poder: económico, político y social.
No se trata de cocorear al sector empresarial para que se lance a favor de la división de poderes como niño héroe. Su participación, muy importante, pues ante un Presidente que, como Gabino Barrera, no entiende razones, invulnerable a la realidad, el poder del capital sí puede intervenir y con una gran influencia, Ya se hicieron sentir al sacudir el tipo de cambio ante la desaparición de la Corte. Esa participación empresarial, tiene algunas limitaciones. Observo dos.
La primera limitación: el miedo, López Obrador ha utilizado las instituciones coercitivas como brazo armado contra los que no se suman y aplaudan sus propuestas. Expedientes penales y fiscales para los blasfemos. La otra limitación, es que los grandes empresarios obtienen sus principales ganancias cuando son elegidos para realizar los proyectos del gobierno. Estas limitaciones los orillan a considerar que calladitos se ven más bonitos. Se les olvida que la certidumbre jurídica de todos vale más que un puñado de inversiones públicas.
Más tarde que temprano los empresarios sumisos y/o cooptados podrán perder lo ganado, ya sea porque una dictadura provoca grandes tensiones sociales o porque un buen día el gran poder decide, sin más, arrebatarles lo ganado. Ese es el peligro ante un gobierno sin vigilantes y sin ningún control institucional: la guadaña de la arbitrariedad y el capricho, colgando sobre las cabezas de todos.
La participación del capital privado debe ser cuidadosa. De entrada no caer en la mayor crítica a la Cuarta Transformación: la polarización y división del país. La presencia empresarial debe romper el dilema: “El gobierno vs. Nosotros”; “Los buenos y sabios con el pueblo vs. Los vende patrias que sólo defienden sus privilegios”. La convocatoria de Kuri, que comparto, debe ser acorde a un método de gobierno democrático inobjetable: la acción política como resultado de un diálogo amplio, incluyente y plural.
El sector empresarial debe participar interiormente en la organización de foros que tengan como objetivo impedir que el país se hunda en una orgía de cambios; que se desaparezca en un mes lo que costó décadas de esfuerzo de la sociedad civil y los partidos para avanzar en nuestra democracia. Empresarios, partidos, universidades, religiones, medios de comunicación, miembros del Poder Judicial, sociedad civil discutamos y analicemos la propuesta del Presidente y la Sheinbaum. Que la agenda legislativa no sea exclusividad de políticos, empresarios, legisladores, académicos, y opinólogos especialistas, sino que sea de todos los ciudadanos, como son los parques, las calles, las plazas.