FIESTA. A estas alturas ya es de todos conocido lo que ocurrió la semana pasada en el Teatro Metropolitano: una turba “pacífica” encabezada por Luis Humberto Fernández, Sinuhé Piedragil, Gilberto Herrera, Santiago Nieto, Ulises Gómez de la Rosa y demás tribaleros curiosos, quisieron dar portazo para “solo ver” una sesión pública. Ajá. ¿Resultado? Gilberto se autolesionó la pezuña entre los aventones, aunque dijo que los POES lo lastimaron, o sea, ni pa’ porrear sirve; Ulises Gómez de la Rosa, cual matón, empujó a un funcionario que se encuentra en recuperación de una cirugía de columna y que tuvo que recibir atención médica (y ojalá denuncien al ahora exdiputado electo). En resumen: dieron mala nota quedando como lo que son, se pelearon entre ellos y ni pudieron entrar. Pa’l perro.
¿COPITAS? Entre los presentes había un punto de coincidencia de los testigos en aquél zafarrancho que armaron los morenos en el Teatro Metropolitano: en el grupo de los reventadores había uno que llegó “en vivo”, o bien, lo sacaron temprano de algún lugar porque los aromas que expedía eran los del rey baco. ¿Quién? ni más ni menos que al que le rescataron la candidatura los de la Sala Superior en las pasadas elecciones. Dicen que anda bien desorientado y sin una entrada fija de recurso, por lo que algunos se preguntan que qué anda haciendo.
Y HABLANDO DE. Que por cierto, hablando del queretano por resolución, permítanos comentarle que nos enteramos de que le andan echando la mano desde las estructuras de justicia electoral local. Resulta que la magistrada Isabel Barriga, una excolaboradora de él en la FEPADE y que se la trajo a Querétaro para trabajar con doña Gaby Nieto, es quien ha estado votando los asuntos a favor de Morena en todas las resoluciones del TEEQ, aun en contra de los criterios de la Sala Superior del TEPJF. Ella es quien, “curiosamente”, tiene a su encargo sacar la sentencia de San Juan del Río, misma que ha venido aletargando de modo injustificado. Dicen los que saben que la intención de Barriga es anular la elección ¿Cómo? haciendo que la Sala de Toluca no tenga tiempo de corregir su sentencia y así reponer la elección con Santiago como candidato. Y luego dicen que los panistas son maquiavélicos.
LO QUE VIENE. Estos días han sido los días de la Legislatura. Lo que ahora se les viene es la elección del presidente del Tribunal Superior de Justicia, que se debatirá entre algunos nombres que ya se irán colando en los medios en las siguientes semanas. El asunto tendrá cabida en los últimos diez días del mes de septiembre. ¡Ah, por cierto! Les falta el Fiscal Anticorrupción.
LA LEGIS. Y por cierto, hablando de la Legislatura, el tema del zafarrancho en el Teatro Metropolitano era un asunto que les correspondía de manera irrestricta a dicho Poder, pero por algún motivo, el borlote se lo terminó tragando el Ejecutivo. El costo político lo asumieron en Palacio y no en Centro Sur. Fernando Cervantes, de Servicios Parlamentarios, se quiso ver vivillo diciendo que su seguridad solo se haría cargo de los muros para adentro, pero, señor, el evento era de la Legislatura y, consecuentemente, todo corría a cargo del Congreso. No hubo ni la previsión de contratar guardias privados; bueno, don Fernando no pudo ni llegar temprano a la reunión interinstitucional del 21 de agosto, haciendo esperar a los representantes del Ejecutivo. Siendo así, no se podía esperar mucho. Cosas que se perdonan pero no se olvidan, señor.