Informe de Gobierno.
Durante su tercer informe de gobierno el 7 de septiembre, el mandatario estatal Mauricio Kuri González dio cuenta de los avances de su administración en el último año en beneficio de las y los queretanos; fue enfático al señalar que cada una de las acciones de su gobierno se realizó con la intención de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, de mejorar el entorno en el que se desarrollan las familias y generar oportunidades de desarrollo para todos. Sin ambigüedades, Kuri González abordó también los temas polémicos de los últimos doce meses que marcan la mitad de su gobierno.
Con un formato ágil que captó en todo momento el interés de los asistentes, el jefe del ejecutivo compartió sin triunfalismos los logros en infraestructura, educación, salud, economía y seguridad, así como aquellos proyectos de alcance social que benefician a quienes más lo necesitan. Obras y acciones que ponen de manifiesto su sensibilidad y cercanía con los grupos más vulnerables, a los que se ha destinado buena parte del presupuesto, prácticamente, desde el arranque de su administración.
De eso debió tomar nota el futuro secretario de desarrollo social Luis Bernardo Nava Guerrero. Esa es la ruta que ha trazado el gobernador y será su responsabilidad en la segunda mitad de su gobierno. Menuda responsabilidad pone el gobernador en el todavía alcalde capitalino. Encabezar la política social de su administración y, con ello, posiblemente, asegurar la continuidad de Acción Nacional en el Palacio de la Corregidora.
La rifa del tigre es la que ha ganado Nava Guerrero, pero por algo Será que Kuri González le ha dado esa encomienda. Una tarea que seguramente vendrá acompañada de un buen paquete presupuestal para 2025, de lo contrario, ni queriendo podría Luis Bernardo Nava hacer frente a los retos que el estado tiene por delante. Por eso el gobernador fue mesurado. Celebró los avances, pero tiene claro que los queretanos esperan más de su gobierno.
Lo criticable del tercer informe es que el documento se haya entregado a las señoras y señores diputados por medio del secretario de gobierno. Que se recuerde, al menos en las últimas tres administraciones no había ocurrido algo semejante, es decir, a la mitad del sexenio no estaban dadas las condiciones para que el titular del ejecutivo se presentará ante el pleno de la legislatura. Es pregunta. Si había las condiciones y decidió no ir, mal. Pero si no había las condiciones para ser recibido con el respeto a su investidura, peor. Sea cual fuere la razón, deja un muy mal precedente porque recordemos que se trata de una Legislatura con mayoría panista. Imaginen lo que supone para los próximos años de su gobierno una cámara de diputados de mayoría morenista ¿Y la operación política? ¿No hay quien pueda alcanzar acuerdos con las demás fuerzas políticas? ¿Todo lo tiene que hacer el gobernador? ¿Dónde están sus operadores? ¿Tiene alguno competente? ¿El encargado de la Gobernabilidad, qué hace?
Quiénes son esos que le hablan al oído al gobernador y le venden escenarios de estabilidad pero al mismo tiempo operan a contra corriente de lo que le dicen ¿Realmente no había condiciones para que asistiera a la Legislatura? Será que sus “operadores” nunca se repusieron de aquel abucheo del que fueron responsables, será que el tercer informe evidencia una vez más sus carencias y nula interlocución.
Lo que presupone la ausencia del gobernador en la Legislatura con mayoría panista que termina, es que sus operadores políticos serán incapaces de garantizar su presencia los próximos años en una cámara de diputados en la que Morena tendrá mayoría. Es decir, una pésima forma de cerrar una administración, sin posibilidad de pararse en un acto republicano tan trascendente en el recinto por excelencia de la representación popular.
El Gobernador está en lo suyo, cambió su narrativa y le está dando la justa dimensión a su política social, obras y acciones de apoyo a los más necesitados presentes desde el arranque de su gobierno, pero ausentes en la estrategia de su gabinete. Hay un gobernador cercano y sensible, pero parece predicar en el desierto porque muchos de sus colaboradores son ajenos a esta manera de hacer política. En lugar de acompañar a su jefe en propósito y convicciones, le dificultan su tarea. Algunos secretarios deberían entender que no se trata solamente de hacer promoción en redes, sino de transformar su manera de hacer política, dando resultados, con cercanía y sensibilidad, tal como se los ha puesto de ejemplo el mandatario estatal.
Glosas
Tras el informe de gobierno iniciaron las glosas ante la todavía amable y a modo Legislatura. Veremos en los próximos días el desfile de funcionarios y las consabidas felicitaciones por el trabajo realizado al frente de sus dependencias, esperemos que las y los secretarios por lo menos ahí, si sepan resaltar los logros del gobierno en el último año, algo que simplemente no supieron o quisieron hacer de manera eficiente los últimos doce meses.
Vale la pena decir que, si las cosas no las modifica la Sala Superior del Tribunal Electoral en los próximos días, estas glosas serían las últimas en las que no haya duros cuestionamientos a las y los secretarios de despacho; si se mantiene la mayoría morenista, en 2025 veremos un ejercicio real de rendición de cuentas por parte de los titulares de dependencias ¿Estarán a la altura de la encomienda?
Morenistas Inconformes.
Mientras tanto los morenistas inconformes o morenistas rijosos comandados por Gilberto Herrera, Santiago Nieto, Sinuhé Piedragil Ortiz y Rufina Benitez seguramente incrementarán lo que ellos llaman acciones del pueblo, es decir bloqueos, abucheos, marchas, y la novedad de dar “portazos a edificios oficiales”. Recordemos que estos morenistas llaman en Querétaro “acciones del pueblo” a las protestas afuera de la Legislatura, pero en la CDMX a las mismas acciones las califican como practicas fascistas y golpistas. Ya se la saben, ese doble rasero que tienen para medir cualquier situación.
La incongruencia de nuestra clase política es verdaderamente grave. No entienden que el poder se ejerce en aras de la estabilidad y la gobernabilidad, amparado por el voto ciudadano; lo único que cambia es el color del partido.
Al final todo cae por su propio peso y la mala operación política, la incongruencia y inexperiencia se verán reflejadas en el 2027, al tiempo.