López Obrador nunca cumplió su palabra. Insistió hasta el cansancio que se iría a su casa de campo una vez que concluyera su mandato. Era obvio que se quedaría en la CDMX para “aclimatarse”.
Cual custodio de un centro de re readaptación social, se queda a vigilar que cumpla su sucesora con las políticas que le mandata, le hereda.
En el último “paseo” que AMLO le diera a Sheinbaum, le dejó perfectamente claro quién seguirá al mando de las políticas de la Presidencia de la República. Fue sometida a un curso de aprendizaje intensivo y grotesco.
Les comento una de las últimas muestras de poder. Se encerrados en un elevador, Claudia, AMLO y su hijo menor, guaruras y varios empleados del Poder Judicial; uno de estos le entregó un documento a la presidenta electa mientras le hablaba del problema; el peticionario no se dirigió a López Obrador; sin embargo, éste interrumpía e intervenía, no dejó de repetir su desgastada frase de los “corruptos”; mientras el empleado hablaba a Claudia, ésta también le mentía afirmando que “no les va a pasar nada a ustedes, todos sus derechos laborales están salvaguardados, está en la Constitución, es mentira todo eso… no les va a pasar nada… no les va a pasar nada…”; y López, a quien no le solicitaron opinión, intervino y dijo: “no defiendan a corruptos”. El trabajador, sin embargo, insistía a Claudia sobre los fideicomisos que se eliminarán, de donde les pagan parte de su salario. Mientras el hijo menor de AMLO -los acompañaba en el mismo elevador-, solo miraba de reojo. Una vez que se abrió la puerta del elevador, los “guaruras” detuvieron al empleado a empujones, ya no le permitieron acercarse a la presidenta electa, mientras que el aún presidente de forma arbitraria y soez jaló del brazo a Sheinbaum para alejarla del lugar.
Ese arbitrario abuso de AMLO sobre Claudia, fue otro ejemplo inequívoco e indudable que evidencia con claridad quién seguirá mandando en el gobierno de la presidenta electa.
Sin respeto y rubor alguno, rompiendo cualquier formalidad o protocolo AMLO jaló del brazo derecho a Claudia, cual empleada subordinada y no la presidenta electa, para llevarla a donde él decidió. Siguió el curso de capacitación intensivo ilustrándola sobre lo que debe hacer y cómo debe comportarse la señora presidenta -en unas horas más López se va, pero se queda-. El video se hizo viral. La afrenta a la señora Sheinbaum no la borra nadie.
Otra más del presidente que termina, pero no se va. Acapulco, Guerrero por segunda vez volvió a quedar bajo el agua por el paso del huracán John. AMLO los volvió a ignorar, dedicó sus últimas horas como gobernante a pasearse, recibir aplausos y despedirse, a recibir abrazos de sus fanáticos seguidores o literalmente acarreados, mientras que, en Acapulco la gente sufre y muere ahogada. El año anterior fue azotado por el huracán Otis, tampoco los apoyó ni los visitó el presidente que se resiste a dejar el poder.
Así los últimos días y horas del nefasto mandatario y su gobierno que languidece, se niega a morir. Nunca antes un presidente soberbio y egocéntrico hasta el último momento.
Entre tanto, en Culiacán, Sinaloa -dijo Tatiana Clouthier- “hay un sol brillante después de la lluvia de balazos”, siguen arrojando docenas de muertos los enfrentamientos entre las bandas de narcotraficantes. Los gobiernos local y federal abandonaron a la población.
Los militares y la Guardia Nacional, simplemente se replegaron. Mas de 100 homicidios en los últimos días. El gobierno morenista de rodillas, claudica y renuncia a su obligación de brindar seguridad pública a las y los mexicanos; lo afirmó categóricamente el mismo comandante de esa zona militar, teniendo de testigo al gobernador. La justificación del militar: “para no generar más violencia”.
Nefasto el gobierno de la cuarta transformación. Todo lo hizo mal hasta el final con el abandono intencional de sus responsabilidades, desfalcó las arcas nacionales, sumado a la aprobación de sus iniciativas estatistas, regresivas que favorecen al gobierno de la dictadura. Quebrantó hasta el cansancio el Estado de Derecho. Muchos le aplauden los programas sociales que desangran el presupuesto, no hay ingresos del fisco que resistan la sangría y vienen más.
El autoritario tutor de Claudia se niega a dejar el poder, sus actos lo confirman, no cabe duda que seguirá mandando -gobernando- por medio de su “corcholata”.
Era evidente que así sería, aunque muchos piensan que Sheinbaum pronto se liberará. No lo creo, le amarró la soga al cuello para no soltarla, le impuso muchos candados difíciles de romper. AMLO tiene y seguirá teniendo el control de todo.
Perversa intensión de Andrés López Obrador al generarle intencionalmente muchos problemas a Sheinbaum para que necesite de su asesoría y ayuda; coadyuvar y “calmar” los conflictos que el mismo presidente ha generado; entre ellos la aberrante violencia. En sus conferencias no se cansó de repetir que Claudia seguiría y continuaría con las políticas de la 4T. No le deja espacio para maniobrar, la encajonó.
¡Por fin llegó el último día del gobierno de López Obrador! No habrá más mañaneras con esa voz lenta, lerda, perversa y sarcástica; no habrá más ataques ni amenazas en las mañaneras a los adversarios que el mismo AMLO se creó. El picapleitos por fin se va de la presidencia, aunque se queda tras bambalinas para seguir molestando, mas no será lo mismo.
Sheinbaum seguirá emulando a López Obrador. No será lo mismo. Al menos terminó el fastidioso sonsonete, largas y tediosas conferencias. Acabó el gobierno del señor que acusaba, juzgaba y sentenciaba; sus enemigos, todos corruptos por voluntad del presidente; ese que decía saber de todo y de nada; el presidente que tardó 14 años en terminar una carrera de 5 años; el presidente que acumuló todo el poder y terminó por asfixiar a sus secretarios, varios de ellos le renunciaron ante los abusos que hacía públicos a otros los ridiculizó; el presidente que inventó la pobreza franciscana para sus empleados, mientras él y su familia se dieron vida de virreyes.
Claudia también amenazó con hacer mañaneras, tener reuniones de seguridad que, para maldita la cosa sirvieron. Jamás será lo mismo, el sujeto que hizo campaña durante 18 años con dinero sucio se va libre. Hasta el final abusó del presupuesto promoviendo su “jubilación”, de la cual no es beneficiario laboralmente, mientras que a los demás expresidentes les quitó todos los apoyos. Se quedó con las ganas de procesar a sus homólogos.
Solo queda la esperanza que algún día no muy lejano la DEA lo incrimine por su abierto apoyo a los carteles y a la delincuencia organizada ¡Hasta nunca López Obrado!
Héctor Parra Rodríguez