LA OTRA CARA. Las escenas que trascendieron en todas las redes sociales sobre el operativo que emprendió el municipio para retirar al comercio ambulante del primer cuadro, traspasaron fronteras estatales y llegaron a la esfera nacional. Fueron dramáticas pero también fueron sobreexplotadas por un sector muy específico y que ya sabemos cuál es. Lamentablemente ser servidor público en pleno 2024 guarda en sí mismo un tufo de corrupción, aunque acredites todos los exámenes de confianza habidos y por haber. El hecho de mamar del erario ya te coloca en una palestra bastante cuestionable, pero ser policía es pertenecer al escalafón más aberrante de la clasificación: siempre eres observado con mucha reticencia por la sociedad, y aunque se cumplan cabalmente con las responsabilidades, se es reiteradamente cuestionado y puesto bajo una óptica que le ubica en un nivel similar al de un criminal.
Aquél 25 de octubre se registró un choque entre fuerzas del orden y los miembros de una organización de artesanos ambulantes que se autodenominan Coidepromix y que, para mala fortuna de los oficiales, en su mayoría son mujeres, son indígenas y con niños en brazos. ¿Qué puede considerarse más vulnerable que estos tres componentes combinados? Son la víctima perfecta, a grado tal que basta con un “hágame favor de retirarse”, para que se sientan “agredidas” y comiencen un borlote que siempre termina en contra del servidor público. Tuve el atrevimiento de preguntar a quienes estuvieron de cerca aquella mañana para conocer el detonante. ¿Qué fue lo que inició la gresca que terminó con un posteo de la oficina de la ONU en México ese viernes por la noche? Una agresión física de dos artesanos ambulantes a elementos de la SSPM, mismos que procedieron a la detención inmediata. ¿Resultado? Todos lo conocemos: puras “víctimas”.
Y como parte del caldo de cultivo, un aspirante a regidor que le juega a la “vístima” por ser encapsulado por granaderos que estaban en pleno protocolo de liberación de vías de comunicación. Ya en la nochecita otro ingrediente: una senadora que presumió poder doblar al juez cívico para liberar a los detenidos. Y como cereza del pastel, una turba de estudiantes y colectivos que no sabían ni a qué iban a Plaza de Armas, pero el punto era mentarle la madre al Gobernador, al Alcalde, decir que “el enemigo es la policía” y mandar a la chingada a una artesana ESTABLECIDA que encaró a la líder de Coidepromix. Los presentes se limitaron a calificarla de “infiltrada”. Les digo: unos absolutos ignorantes del fondo del conflicto, pero el chiste era dar “cacerolazo”. Por poco y escalan el conflicto los muy valientitos, que segurísimos estamos, la UAQ hubiera lanzado ooootro comunicado en defensa de los muchachos, y Javier Rascado otro tanto igual, sin tomar en cuenta la agresiva conducta.
Los acuerdos con los artesanos ambulantes, en específico con dicho grupo conflictivo, fueron y vinieron desde la gestión de Luis Nava. Hubo incluso un momento en el que aceptaron introducirse en el mercado artesanal, pero al llegar la hora de cierre de éste, salían a vender a las calles. Finalmente otras estrategias para apoyarles llegaron pero no les resultaron suficientes, así que se manifestaban cotidianamente frente a las puertas del gobierno estatal pese a ser un tema municipal, con la obvia intención de presionar para obtener ciertos rédito$.
De nueva cuenta, el gobierno hará otro esfuerzo para ver si les llenan el ojo a estas pobres víctimas perfectas. Casi podemos apostar el resultado sin temor a la equivocación. Y a los mamones que quieren el juicio político, nomás les informo que la Comisión Instructora quedó en manos del PAN. Se ahogarán entre sus propias babas.