Cuatro meses tuvieron que pasar para saber lo que era más que obvio, la mala construcción de la infraestructura del Metro de la Línea 12, esa fue la casusa que originó el desplome de los vagones del Metro, razón por la cual fallecieron 26 personas y cerca de un centenar sufrieron heridas.
Cuatro meses para tratar de ocultar los nombres de los responsables de la “tragedia”. Nombres que son del conocimiento público: Carlos Slim, Marcelo Ebrard Casaubón, Mario Delgado, Florencia Serranía, entre otros. “Contubernio limpio y puro”. El presidente de la República prohibió hablar del tema, solo él puede comentar y cual momia no ha vuelto a referirse a la trágica muerte de las 26 personas, tampoco de los heridos.
Mientras las autoridades responsables de la investigación de los delitos y la conducción política de la Ciudad de México, han mantenido en el anonimato todo lo relacionado con los diversos delitos derivados del desplome del Metro. Solo falta que AMLO declare el asunto de “seguridad nacional” y guarden la información 25 años.
La magnanimidad de Carlos Slim (para deslindarse de cualquier responsabilidad), protegido de AMLO, llegó a un acuerdo con el presidente y filantrópicamente ofreció realizar todas las reparaciones de la Línea 12 gratuitamente ¿Gratuitamente? Sí. Y López feliz, feliz por la bondad del contratista responsable de la pésima obra pública.
Marcelo Ebrard, entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, responsable de la contratación, lució entonces la ostentación de la obra, exageradamente costosa: ha guardado silencio. Lo mismo que el “pagador” Mario Delgado, entonces responsable del área de finanzas del DF. Los “cochupos” institucionales.
La oposición asegura que cientos de millones (mil millones) se los llevó AMLO, para sufragar gastos de su larguísima campaña. De algún lado tenía que salir el dinero tomando en cuenta que el hoy presidente no trabajaba (no sabe hacer nada) y solo se paseaba, de ahí también los “moches” que recibían los hermanos de López Obrador, otra fuente de financiamiento ilegal. Obra fraudulenta, seguramente con el “moche del 15%”.
Ernestina Godoy, Fiscal de adorno (al menos en este delicado asunto) ha tenido que consentir la serie de abusos confesos, entre ellos el hecho de que, la gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheimbaum, fin facultad legal alguna, haya ordenado la realización de los “peritajes” y no la Fiscal, responsable de investigar, perseguir delitos y delincuentes. Esta es razón fundada y de peso, que obligó a los ofendidos a solicitar y en su caso promover otro “peritaje o dictamen técnico”, desconfían del dictamen del siniestro emitido por la empresa noruega.
Desde el primer dictamen se evidenció la mala construcción (así debe estar toda) que provocó el desplome de los vagones del Metro. Trascendió que la Fiscal perseguiría a los empleados de más baja jerarquía de la estructura orgánica que realizó la obra; así que los soldadores entre ellos, los aprieta tuercas, o los que echaron el concreto son los culpables ¿No había supervisores, ni jefes de la obra? La “macuarrada” se mandaba sola. Con esta inteligencia de investigación echaron a andar la procuración de justicia. Seguramente no hay nóminas de aquel entonces, así que ¿De dónde sacarán a los presuntos responsables?
Cuando tuve la oportunidad de ser Contralor, conocí bien a bien el entramado de las auditorías forenses. Intervienen los expertos en ingeniería de todo tipo (según la naturaleza de la obra a auditar); por supuesto conocer y desglosar los contratos entre el empresario y el gobierno, buscar los resquicios que permiten evitar cualquier vicio oculto para evitar liberar al contratista responsable de culpabilidad. Lugo, sin mayores investigaciones hay dos partes fundamentales que sobresalen en la problemática ¡Los contratistas!
No se puede responsabilizar al soldador, dado que hay un supervisor, incluso se realizan radiografías de las soldaduras, para conocer la calidad y si es necesario esa misma soldadura se elimina para volver soldar hasta que cumpla con los requisitos establecidos en el contrato, vamos hasta la marca o si las varillas de soldadura son de simple hierro o acero, a qué temperatura debe soldarse, etcétera. Sume la problemática de los pernos, de las vigas, etcétera ¡Fue un pésimo trabajo y de mala hechura, sin supervisión!
Los dictámenes solo confirman la evidente. Fue una obra de mala calidad, muy costosa, que se pagó sin ningún obstáculo. Tan mala fue la obra que la administración del gobernador Miguel Ángel Mancera, tuvo que realizar correcciones antes de entrar en funcionamiento, a pesar de que Ebrard había inaugurado la obra. Más millones del presupuesto y no hubo culpables.
Luego vendría la falta de un mantenimiento adecuado, profesional y oportuno, razón por la cual la señora Florencia Serranía, abandonó la dirección del Metro, sin responsabilidad alguna. “Todos los jefes a salvo” ¡Que se jodan los pobres!
Héctor Parra Rodríguez
Twitter: @HectorParraRgz