¿Usted cree que el pensamiento es estático? ¿No? ¿Entonces porque demonios se sorprende de que un tweet de hace tres años sea diferente al de hoy? Tengo que confesar, qué este texto nace luego de ser etiquetado en un tweet hecho por un excandidato de MORENA, que en la elección presidencial apoyó a la inerte barra de carbón, sí, me refiero a Ricardo Anaya; el tribunal inquisidor entró en acción, amarrándolo de brazos y piernas a una tabla virtual con astillas y le introdujo un embudo en la boca para rellenar sus entrañas de líquido en forma de tweets, a la voz de: “Si se ahoga es salvo” y si no ¡Lo matamos al cabrón! ¿Por qué cambió de opinión? El debió ser Anayista hasta la tumba; No justifico el cambio de opinión porque sea político, no confunda, sin embargo, en su defensa alegaré, que 2 cosas mueven al político, sea del partido y convicción que sea: El poder y la necesidad de conseguirlo. Esta vez, quiero referirme a usted, a mí, al usuario común, al qué un tuitero promedio y seguramente desconocido, le sorraja un tweet añejo con ánimos de enderezarle el pensamiento , de recordarle que no puede cambiar de opinión, por ejemplo, aquel de hace 10 años en el que decía que Arjona era el Serrat de América, en un comparativo con el que puso hace 10 minutos en el que dice que Arjona es un vendedor de chorizos, cuyas canciones, contienen solo 4 acordes, el denunciante, a través del gorjeo propio de la especie , escribirá con rigor clerical : Antes escuchabas a Arjona, dijiste que era el mejor mira, aquí lo “escribistes” , y sí, seguramente si lo escribió y lo hizo convencido, pero luego, pasó la calentura de la entrepierna y se dio cuenta que sus canciones eran frases sueltas llenas de lugares comunes qué cualquier ebrio puede escribir solo poniéndole ritmo , inténtelo, abuse del gerundio , incongruencia verbal y añada dos o tres palabras rimbombantes, algo así : “Caminando hacia el futuro infiriendo que esta duro , retomando mi pasado percibiendo lo forjado”(No lo niegue, lo leyó cantando) ve que sencillo; pero regresando al tema, cuando era niño en los ya lejanos ochentas, si twitter hubiera existido, seguramente hubiera escrito que el Chocotorro era el pastelito más rico del mundo ¿Y cómo no iba a serlo? Si me lo daban a manera de consolación después de picarme las nalgas con una jeringa de dimensiones colosales, para introducir un multivitamínico de aceite en mi cuerpecito porque era un pinche chamaco melindroso; no sé si aún exista el Chocotorro, pero si hoy twitteara al respecto , seguramente diría que el Chocotorro es pan empalagoso , sin chiste, que su cubierta no sabe a fresa sino a cebo, deja la boca grasosa y causa agruras; si usted cree que el pensamiento es estático y permanente, puedo sugerirle qué sé haga caca en los calzones, eso fue cómodo cuando tenía 2 años, cuando su cerebro no alcanzaba a controlar su esfínter; bueno, algunos lo controlan tanto que comienzan a expulsar caca por la boca, pero ya, en serio, quizá, sería una buena idea acudir al pensamiento mágico de la infancia y esperar que cada seis de enero tres magos del oriente le dejen víveres y dinero para vivir todo el año o que un ratón de apellido Pérez, le deje dinero por sus dientes llenos de caries bajo la almohada. Pensar, es dinámico y evolutivo, un tweet es una idea hecha pública, así de sencillo; en verdad, admiro la paciencia de aquellos que se ponen a hurgar en un tweet line para encontrar un pensamiento contradictorio, que pereza buscar en la libreta ajena para acusar al de al lado, y más aún, que palurdo y cara dura se tiene que ser para decir algo así como: “Güey antes te mamaba el azul y hoy te encanta el marrón” ¡Pues sí idiota! cambie de opinión ¿Y qué? Nuestra naturaleza es así; si usted nunca ha cambiado de opinión o tomado una decisión contradictoria, dispénseme, pero usted es imbécil, todos cambiamos de opinión, todos hacemos pequeños experimentos de prueba y error en nuestra vida diaria, ¿Por qué iba ser diferente en redes sociales? más aún ¿Por qué tenemos que llevar a la hoguera virtual a quien lo hizo? Pero, eso sí, si el cambio lo acerca más al gregario o al inquisidor, no pasa nada; tengo una conocida, qué para fines prácticos llamaré “Lolita”, Lolita, ha sido, desde que la conozco: Ecologista, pro vida, estadista, promotora de políticas públicas, planeadora urbana, jurisconsulta, epidemióloga, publicista, entre otras cosas; pero el papel que desempeña mejor es el de Inquisidora ¡Ay de aquel que ose cambiar de opinión y que esta sea contraria a la de Lolita! Porque en ese momento convocará a través de arrobas a la horda , que emitirá el juicio sumario sobre el pobre güey qué escribió qué moría por una sopa de “tortuga marina boliviana” , no importa si la pinche tortuga existe o no , si fue una broma o experimento social , el autor, será juzgado por andar de chistosito a la voz de : “Eres columnista no puedes andar con esas bromitas” e inmediatamente, arrobará a tu editor para pedir que te corran , que te quemen en leña verde ¿Cómo puede haber bufones en el periódico?, no, eso no está bien, parece chiste pero es anécdota, sí pasó , fui juzgado y exhibido en la plaza pública, pero los años te hacen aprender a reír y sacar lo bueno de las cosas , aprendes qué escribir qué patear a una foca bebé a cambio de un tequila y una cerveza, será el detonante para que el tribunal del pájaro ruin te juzgue y sentencie a ser quemado en la hoguera de tweets, previo quebrantamiento de tu humanidad en la rueda de los adjetivos. Afortunadamente, en Twitter, todo es pasajero, todo, las mentadas, los errores, los amigos, los enemigos y las opiniones, así, que tenga la certeza qué aquel tweet donde ofreció su virginidad a cambio de un postre, estará en el olvido, a menos claro, que algún ocioso interesado en su persona le diga: El 7 de julio del 2017 tuiteaste: “Mi virginidad a cambio de un tiramisú”; así, que aquí lo tienes, vengo por lo mío, y si no, te acuso con Lolita.