López Obrador se auto promueve para ser el “líder moral” de América Latina y el Caribe. De ahí que, la reunión de la Celac de este sábado sea una oportunidad para él al pretender convertirse en el líder de la región en un momento de poca unidad de los gobiernos de la región.
Según AMLO la reunión de la Celac es para impulsar nuevos modelos que no sean del pasado e injerencistas como la OEA, pero nunca dándole la espalda a Estados Unidos. Claro, no es tonto, aunque lo parezca, no lo es: es sucio y torvo. Practica la misma política de Trump, quien quería desaparecer los organismos como la OEA, incluso la ONU; López lo secunda. Pero se cuida de no enfurecer el “elefante dormido”.
Este sábado se reunieron dirigentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), llevaron a cabo una cumbre en la Ciudad de México. Hicieron críticas a la OEA y “peticiones”, que no críticas, al gobierno de los Estados Unidos, para que cambie su relación con la región.
También llegó el déspota y antidemocrático mandatario venezolano Nicolás Maduro, que ha sido duramente criticado por los mexicanos y la comunidad internacional que radica en México. Legó otro populista, el presidente argentino Alberto Fernández, sin embargo faltó el populista de Brasil, Jair Bolsonaro.
No podía faltar el oportunismo de Andrés Manuel López Obrador, quien exigió a Estados Unidos, no al presidente Joe Biden, poner fin de las políticas de embargo, para crear una nueva y vigorosa relación entre los de la oposición”.
Luego vendrían las “peticiones económicas”, mencionando a Joe Biden, que él lograría el apoyo del Congreso de Estados Unidos si destina recursos en beneficio de los pueblos de la región para reducir la
desigualdad y la violencia que aseguró, son las causas de los flujos migratorios. Ahora resulta que AMLO domina la política de los norteamericanos. Para ridículos le sobra tiempo al presidente López.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó que el organismo de la OEA “en vez de actuar bajo los mandatos de la Carta Democrática, actúa en contra de los principios de la democracia”; “su creciente injerencia en los asuntos de los estados no contribuye a la solución pacífica de las controversias”. Este sujeto (Arce) instó a los miembros del bloque al fortalecer la Celac para enfrentar las deficiencias con la OEA. Una confrontación entre los mismos pares. Tuvo que pararlo el Subsecretario mexicano para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes, quien aseveró que la reforma de la OEA no está en la agenda ¡Ah! Pero, si algún miembro lo sugiere, México –en su condición de presidente pro tempore del bloque– propondría la conformación de un grupo de trabajo para “reflexionar” sobre el caso. La maquinación de debilitar a los EUA desde América Latina, a fin de cuentas, es el país con mayor influencia, poder y riqueza en el continente, junto a Canadá, los grandes ausentes.
López Obrador se ha manifestado a favor de una transformación de la OEA. Y el sabueso de Marcelo Ebrard, lo secunda, ha planteado que ya es hora de decirle “adiós a la OEA en su sentido intervencionista, injerencista y hegemonista y que venga otra organización que construyamos políticamente en acuerdo con Estados Unidos” ¿Por qué el afán de enemistarse con el gobierno de Biden?
Habría que traer a la memoria que, desde la creación de la Celac en el 2010 han promovido iniciativas para tratar de reformar a la OEA, pero ninguna ha prosperado ¿Por qué? Debido a la falta de consenso entre los 32 miembros del bloque. Recordemos las fricciones entre el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro y López Obrador, es uno de los ejemplos de la falta
de consensos.
Tratando de ser serios discutirán la formalización de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio para cubrir el rezago de la región y avanzar en la propuesta de poner en el espacio un satélite que atienda los fenómenos meteorológicos y sirva para abaratar y hacer más eficiente la comunicación móvil ¿Lo conseguirán? También plantearán la creación de una coordinación entre los países latinoamericanos que realizan pruebas de vacunas contra la Covid-19 para tener el próximo año una vacuna en la región y reducir la dependencia de los grandes laboratorios y de las donaciones de otros países ¿Cómo? Si López regala las que obsequia el gobierno de Biden. Ni para eso se ponen de acuerdo.
Un hecho que considero relevante del porqué el presidente brasileño no asistió. Jair Bolsonaro dijo el año pasado: “que se daba protagonismo a regímenes no democráticos”. Por supuesto que se referiría a Nicolás Maduro, “amigo” de López Obrador. De tal suerte que la pretensión de lograr la unidad es una falacia, solo es una ventana política para Andrés Manuel López, urgido de notoriedad y reconocimiento en la región.
Mientras el presidente argentino Fernández, quien era esperado para recibir la presidencia pro tempore del bloque, canceló a último momento su viaje a nuestro país tras la crisis en su país luego que su partido perdió el pasado fin de semana las elecciones primarias parlamentarias, generando la renuncia de integrantes de su gabinete afines a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ello llevó a cambiar parte de su equipo, como lo hizo López en México, tras perder en las pasadas elecciones más de la mitad de la Ciudad de México. Así jamás lograrán la ansiada “unidad”.
No podía faltar el protagonismo del antidemocrático de Maduro, razón de la ausencia del presidente brasileño. “México lindo y querido”, dijo el presidente venezolano al festejar desde el avión su llegada a territorio nacional; publicó en
un video que se difundió en su cuenta de Twitter: “traemos la verdad de Venezuela. La unión de América Latina y el Caribe está por encima de cualquier problema, de cualquier diferencia”. No podía faltar el nefasto socialista, populista y antidemocrático de Maduro, quien se volvió a reelegir en el 2018.
Mientras que Estados Unidos presentó desde marzo del 2020 acusaciones en contra de Nicolás Maduro, así como de otros 13 funcionarios venezolanos por narcotráfico y terrorismo, ofreciendo el gobierno norteamericano recompensa, dinero en efectivo a cambio de información que llevara al arresto o condena del gobernante y sus allegados, “premio” que alcanza la cantidad de 15 millones de dólares. Conclusión, el gobierno de López Obrador protege a otro delincuente que es reclamado por la justicia de los EUA ¿Cómplice? ¡Por supuesto! AMLO ama a los delincuentes.
Héctor Parra Rodríguez
Twitter: @HectorParraRgz