Una vez más, Andrés López Obrador, titular del Poder Ejecutivo mexicano y transitorio presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, volvió hacer de las suyas en la mesa redonda en donde discurrió sus ideas megalomaniacas (ayer martes), cuando presidió la reunión de trabajo en la sede de la Organización de las Naciones Unidas.
De acuerdo al diccionario, los rasgos o trastorno de personalidad megalomaniaca (como la de AMLO) se identifican: “Cuando la forma de ser de una persona está influida por un concepto grandioso de sí mismo, una autoestima alta que le lleva a sesgar, alterar o filtrar la realidad. En general (esos enfermos mentales), están satisfechos con su forma de ser”.
Luego entonces, la megalomanía es definida como un trastorno de la personalidad, caracterizado porque la persona tiene ideas de grandeza (AMLO), de manera que puede mentir, manipular o exagerar algunas situaciones o a las personas, a fin de conseguir sus objetivos.
Los temas de la mesa de Seguridad que presidió López debían versar sobre: “Mantenimiento de la paz y seguridad internacionales”; con los subtemas de exclusión, desigualdad y conflicto. Pero…
¿De qué habló AMLO frente a los 15 integrantes del Consejo de Seguridad? ¡De sus programas sociales y de la corrupción! Propuso que todos los gobiernos del mundo entero adopten sus “exitosos programas”. No sin antes advertir que, tanto los problemas como la solución de ellos están en la corrupción; acabando con ella se terminan las dificultades que enfrenta el planeta. Además, fustigó a los ricos, sean particulares, empresas o países; su ingeniosa idea: “que paguen un impuesto para darle dinero a los pobres, sin intermediarios”. Solo le faltó proponer que el dinero lo depositen en su Banco Bienestar.
Pobre Juan Ramón de la Fuente, representante de México ante la ONU, ni cómo defender a su jefe. Y si habla, seguramente sería despedido como lo hicieran con Santiago Nieto Castillo, todo por contraer nupcias de manera “escandalosa”. Otro tema por demás interesante; Santiago dos veces despedido, la primera con Enrique Peña, ahora con López Obrador.
El displicente presidente que se niega a usar cubrebocas en México. Resulta que en territorio norteamericano sí lo utiliza, la primera con Donald Trump, ahora en las oficinas de la ONU. Otra más de sus acciones mentirosas.
López Obrador, que debió asistir a Glasgow, Escocia, en donde asistieron más de 130 jefes de Estado, para tratar la solución de los problemas del calentamiento global, resulta que le intimidó viajar a Europa. Además, no podría haber defendido sus políticas depredadoras del medio ambiente. Mejor asistió la activista mexicana Xiye Bastida, de 19 años, quien sí tuvo el valor de hablar frente a los jefes de Estado.
Los grandes temas y acuerdos (resoluciones) tomados en Glasgow, afectan la política contaminante que la 4T, por esa razón no asistió el presidente López ¡El mundo en su contra! Por ejemplo, entre las resoluciones que adoptaron, acordaron la impartición de la justicia climática, poniendo la vida en el centro de esa nueva política; que los gobiernos reparen (que no se quejen como lo hace AMLO) los daños del pasado; un cambio radical de la economía extractiva por una regenerativa (López hace lo contrario); conservar los combustibles fósiles en el subsuelo (algo imposible en el gobierno de la 4T, se muere López Obrador); crear una agenda climática territorial; frenar la deforestación; reducir la emisión de metano en un 30% de aquí al 2030; acelerar las tecnologías limpias; entre otros acuerdos ¡López no los cumplirá!
El investigador Mora Simone, acusó al presidente Andrés López, advirtiendo que México despliega “paracaídas climáticos”, significando que va postergando los compromisos. Una más de las razones del por qué AMLO no fue a la cumbre de la ONU, en Glasgow. Los acuerdos no serán cumplidos por México, López lleva a cabo una política a la inversa.
No podían faltar las mentiras del megalómano de presidente López. En el año 2015, en esa cumbre acordaron diversos compromisos a cumplir para el 2030, referentes a la adaptación y mitigación del cambio climático. Pero, en diciembre de 2020, AMLO aseguró que, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), invirtió la nada despreciable cifra de 40 mil, 881.9 millones de pesos con ese propósito. Claro, el presidente no dijo en qué o cómo se invirtió ese enorme capital económico.
No podían faltar las fantasías y falacias que acostumbra el presidente Andrés López Obrador, cuando en el límite de la locura, afirmó, aseguró que, en Glasgow acordaron adoptar sus programas, sobre todo el de “sembrando vida”; sí, ese programa que en cual han robado 4 mil 200 millones de pesos a los beneficiarios y nadie sabe dónde está el “guardadito”. Pero, asegura: la corrupción es el origen de todos los problemas. Un megalomaniaco en plenitud, vaya que es peligroso.
Héctor Parra Rodríguez