El senador y coordinador de la bancada de Morena, Ricardo Monreal Ávila, cuestiona y genera otro problema para AMLO. El AIFA representa un problema ¿Técnico o político?
En los últimos días ha resurgido la hipótesis que se convirtió en realidad, el AIFA genera problemas para los vuelos de las aeronaves que pretenden salir o aterrizar en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, mejor conocido como AICM, a virtud de las aeronaves que realizan las mismas operaciones en el Aeropuerto “Internacional” Felipe Ángeles o AIFA.
Monreal asegura que el problema es de carácter técnico y no político. No le falta razón.
Lo que no dice el senador Monreal, eso lo calla, que AMLO inventó un severo problema político para destruir la construcción de lo que sí sería un verdadero aeropuerto Internacional, el de Texcoco, bajo diversos argumentos infundados, montados en un capricho presidencial.
AMLO aseguró que había corrupción en la construcción de lo que sería el aeropuerto de Texcoco, acusación que nunca probó. Peor aún, demostró que no existió corrupción al contratar a las mismas empresas constructoras para que participaran, sin licitación, en el AIFA.
AMLO también argumentó que, en el suelo o vaso del lago de Texcoco, había agua; que era inestable. Tampoco lo demostró, fue mentira, nunca presentó dictámenes que así lo demostraran. El “lago” dejó de captar agua desde hacía muchos años, era un terreno literalmente desértico. El vaso de lo que fue un lago no contenía agua, ni patos ni vegetación.
Que la construcción de lo que sería el aeropuerto de Texcoco, era altamente costoso, dijo el presidente. En este aspecto tenía razón, pero el aeropuerto lo valía, sería de los mejores del mundo. Así que AMLO decidió por una opción más “barata” y más austera, junto a la pista que ocupan las Fuerzas Armadas de México.
Lo que tampoco aceptó el presidente López que, entre la destrucción, las deudas que creó, los contratos que tuvo que pagar, el AIFA, las nuevas rutas de acceso terrestre que había que construir, resultó más costoso. Es más, se terminaron el presupuesto y no han concluido las vías terrestres. La Entidad Superior de Fiscalización determinó mediante auditorías forenses que hubo una pérdida de poco más de 300 mil millones de pesos. Luego el presidente los acusó y recularon. Total, entre falsedades y trampas que solo hubo una pérdida de 110 mil millones de pesos, pero que la obra del AIFA sería más económica, con lo cual se compensaría. Tampoco fue cierto. El AIFA resultó un mega fraude y sin vías de comunicación.
A casi 2 meses de haber sido inaugurado el AIFA, ha probado lo inservible de la obra. Nadie quiere utilizar el “nuevo aeropuerto internacional”. Ni los negocios que suelen poner en cualquier aeropuerto aceptan instalarse en el Felipe Ángeles, por falta de consumidores. El aeropuerto militar y no civil, es un fracaso y representa un enorme peligro para los pasajeros de vuelos civiles locales e internacionales.
El gobierno federal ha tenido que emplear la “fuerza” para obligar a las aerolíneas locales a utilizar el AIFA; les ofrece combustible más barato y ni así. Ahora amenazó con emitir un decreto para hacer obligatorio el uso de la pista.
Ante la realidad, las constantes quejas y los riesgos que ha generado el cruce incesante de vuelos, el mismo gobierno federal promovió la organización de una mesa de trabajo para involucrar a las partes, diluciden la problemática y generen la solución. Pero el mismo gobierno insiste en que no representa ningún riesgo el AIFA.
Está demostrado que a partir de la entrada en funcionamiento el AIFA hay retrasos de varias horas en los vuelos de salida y de llegada, además de un riesgo constante de catástrofes aéreas o al aterrizar. Se hicieron presentes los problemas. Por eso la preocupación y la formación de la mesa de “negociación” para resolver el enredo entre los involucrados. El problema se acrecentó con la contratación de controladores de vuelo sin experiencia y despedir, sin razón alguna, a los de experiencia; controladores novatos que han generado crisis en los pilotos a punto de colapsar.
Guerra de información y desinformación. Mientras el gobierno federal defiende sus catastróficas mentiras, sale al paso el político incomodo; sí, el mismo Ricardo Monreal Ávila. A Monreal le tocó sufrir las consecuencias de los problemas reales. Aseguró que perdió varias horas y la incertidumbre de sufrir un accidente aéreo.
Monreal aseguró que: “Yo he estado pensando, como presidente de la Junta de Coordinación Política, que debemos involucrarnos en lo que está pasando en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Es probable, voy a reunirme con todos en el grupo parlamentario, que citemos a comparecer al secretario de Comunicaciones y Transportes, pero también a los responsables de aeronáutica civil y responsables también de todo lo que está sucediendo, porque estamos estos días observando en el Aeropuerto de la Ciudad de México o en los aeropuertos del Valle de México, desvíos de los lugares de destino, demoras excesivas, incidentes de conexión y también desviación a lugares remotos, con la preocupación del abastecimiento de combustible” ¡Duro!
Y siguió el político aspirante incómodo en las filas de Morena: “Me dicen está ocurriendo un rediseño del espacio aéreo, pero de manera personal estoy muy preocupado y por eso el Senado de la República va a actuar. Estamos en receso, pero son temas técnicos que tenemos que estar revisando para poder prever y evitar cualquier incidente mayor. Todo el sistema de aeronavegación de los controladores es estrictamente técnico no político, y así lo vemos, es un asunto técnico que obviamente hacemos eco de los miles de ciudadanos que se han visto afectados por estas demoras, por la alteración de horarios, por la suspensión de vuelos, la cancelación de vuelos y creo que el Senado como institución debe intervenir técnicamente”.
AMLO y sus subordinados ya no pueden seguir negando la existencia del problema. De conflicto político pasó al peligroso técnico ¡Los expertos lo advirtieron! Una vez más, Monreal no se confronta con el presidente, pero admitió la severidad del problema.
En síntesis, el problema político que creó AMLO con la supuesta corrupción en la construcción del aeropuerto de Texcoco, ahora enfrenta la realidad; desde entonces se le dijo que traería los problemas que hoy existen y que siempre negó el presidente López Obrador el destructor.
Héctor Parra Rodríguez