Todo le salió mal a López Obrador, el día de la conmemoración de un año más de vigencia de la Constitución de 1917.
La inseguridad se le desborda, aunque el presidente desmienta la verdad.
El fin de semana, supuestamente personal a su cargo se reunió con dirigentes de diversas organizaciones de transportistas, dado el salto cuántico que ha dado la inseguridad en carreteras que están a cargo de la Guardia Nacional. Aquellos amenazaron con un paro nacional para este día.
Diversos medios de comunicación dieron a conocer que se había conjurado el paro, bajo la promesa de “reforzar la seguridad en carreteras” y evitar asaltos y homicidios.
Otra más de las mentiras del gobierno federal. Los transportistas sí llevaron a cabo el paro en carreteras. Hecho que empañó la celebración que se llevó a cabo en el Teatro de la República, del Estado de Querétaro, de la conmemoración de los 107 años de vigencia de la Constitución; ceremonia a la que no asistió el presidente López, habiendo enviado en su lugar a la gris Secretaria de Gobernación, que se dedicó a despotricar de la Constitución, con el desgastado discurso de haberse “convertido en neoliberal”.
La Secretaria de Gobernación nunca esperó el aguerrido y fino discurso a cargo del representante del Poder Judicial Federal en defensa de la vituperada Constitución que de ella hizo Alcalde.
Alberto Pérez Dayán, ministro de la SCJN, la pondría en su lugar con argumentos constitucionales de fondo y forma, no políticos, discurriendo sobre la férrea vigencia de la misma que permite mantener el control y evitar los abusos a la Carta Magna; ¡Por encima de la Constitución no hay poder alguno!
Este día, sin embargo, AMLO amenazó con presentar la cauda de iniciativas de reforma a la Constitución, con las cuales pretende acabar con la democracia y fortalecer los abusos de poder del ejecutivo. por esa razón bien vale la pena reproducir algunos párrafos del discurso del ministro Alberto Pérez Dayán.
“Defender a la Constitución es defender al pueblo mismo, aunque no siempre se quiera atender así”. “El PJF da cuenta puntual de su encomienda con independencia, con autonomía, con honradez, con imparcialidad, libre de remordimientos y siempre comprometido con su vocación democrática”. “El Poder Judicial de la Federación tiene perfectamente claro y entiende que, por encima de la Constitución, no hay poder alguno, nada ni nadie; y no permitamos que esto se olvide o se confunda”.
Así las cosas, en representación del PJF, presidido por la Ministra Presidenta, Norma Lucía Piña Hernández, el Presidente de la Segunda Sala del Máximo Tribunal del país manifestó que: “Defender a la Constitución es defender al pueblo mismo, aunque no siempre se quiera atender así. Duele escucharlo, lo sé, pero más doloroso sería dejarlo pasar… hacer cumplir la ley es uno de los actos democráticos más genuinos del servicio público”. Bofetada a los agresores de la Constitución, quienes justifican que los miembros del Poder Judicial, carecen de legitimidad democrática.
Siguió el discurso: “El Poder Judicial de la Federación cumple su cita y da cuenta puntual de su encomienda con independencia, con autonomía, con honradez, con imparcialidad, libre de remordimientos y siempre comprometido con su vocación democrática. No lo duden. Que viva la Constitución Federal”.
El ministro Pérez Dayán, justificó que la Constitución Federal, que hoy se conmemora, dio al Poder Judicial, por medio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, las facultades suficientes para invalidar cualquier acto que no la respete, independientemente de la fuente de la que provenga, electa o no electa, sin distinción alguna. Por supuesto que esta facultad les molesta a los morenistas, entre ellos a la ministra Batres, quien carece del conocimiento constitucional y vierte discursos políticos, en lugar de fundamentos constitucionales en sus alegatos.
Ante Luisa María Alcalde Luján, Secretaria de Gobernación, quien acudió en representación del Presidente Andrés Manuel, el ministro Pérez Dayán, le recordó las palabras de Paulino Machorro y Narváez, diputado del Congreso Constituyente, quien afirmó entonces que: “El magistrado no es igual al diputado o al senador: el magistrado es radicalmente distinto; él no va en el ejercicio de sus funciones a representar a la opinión pública; no va a representar a nadie; no lleva el criterio del elector, sino que lleva el suyo propio; simplemente se le nombra como persona en la cual se cree que se reúnen ciertos requisitos indispensables para llenar una función social; él tiene que obrar en su función precisa, obrar quizá hasta contra la opinión de los electores (…) La esencia misma de la magistratura es muy distinta de la función social que ejerce el representante político… Hay que alejar al Poder Judicial de la política y no arrojarlo al fondo de ella, para que no resulte un juego de las pasiones”.
Esta parte del discurso, seguramente retumbo en las cienes de los políticos de la 4T, no solo de aquellos que estaban en el Teatro de la República, también en aquellos que se enteraron del mismo. Ellos van por el fortalecimiento del Poder Ejecutivo, en detrimento de los otros Poderes y de los derechos del pueblo mismo.
Y el ministro le siguió dando cátedra de Derecho Constitucional a la representante del Poder Ejecutivo. Para que aprenda. Le dijo que: “En el ámbito de la Judicatura, la Constitución Federal preserva la esencia del Decreto Constitucional de Apatzingán de 1814, que definió a la ley como la expresión de la voluntad general, en orden a la felicidad común y que, destacadamente, contenía preceptos que enaltecían la responsabilidad de la función judicial, al disponer que los integrantes del Supremo Tribunal requerían de ¡buena reputación, patriotismo acreditado con servicios positivos, y luces no vulgares para desempeñar las augustas funciones de este empleo!”.
Por supuesto que el mensaje también fue dirigido a las intrusas y desvergonzadas ministras amloistas que defienden vulgares posturas políticas y no constitucionales en sus alegatos en la Corte.
Frase que quedará para la historia: “Militancia y Judicatura no son afines”.
Una de las iniciativas que entregará AMLO este día y que pretende reformar 12 artículos de la Constitución para debilitar al Poder Judicial, literalmente es una vacilada; distracción electoral que no vale la pena comentar. No es viable para su aprobación.
Héctor Parra Rodríguez