El presidente de la República llamó “cretinos, desinformados e hipócritas de doble moral” a quienes critican su estrategia de seguridad.
Así descalifica y vitupera el presidente, quien siguiere se debe de hablar de “hermandar y fraternidad” en la Cumbre de las Américas. Esas es la verdadera personalidad de quien promueve la “fraternidad universal, el predicador de las mañaneras”. Soez y corrupto.
En la conferencia de prensa que dio ayer viernes en su gira de campaña, por el “triángulo dorado”, formado entre los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua; también se molestó porque lleva ese nombre la zona conocida por la gran producción de estupefacientes en el área, habiendo propuesto que se le cambie de nombre y se le llame “triángulo de la hermandad”; tal y como lo hiciera con el grupo delincuencial conocido como CJNG, a quienes propuso cambiar de nombre, dado que desprestigiaban al Estado de Jalisco.
Así es como AMLO lucha en contra de la delincuencia. No solo lidia por medio de abrazos, también con propuestas de cambio de nombres, “para que no desprestigien a los delincuentes”; delincuentes (seres humanos) que deben cuidar las autoridades castrenses, nada de “atacarlos” mucho menos “dispararles”, sin hostilidades. Para López Obrador, es mejor dejarlos libres para no lastimar la sensibilidad de los delincuentes.
En la misma conferencia mediática, a pregunta de un reportero sobre el por qué dejó en libertad a Ovidio Guzmán, AMLO simplemente dijo que en una semana o en 15 días, a más tardar, informaría de las razones que tuvo para ordenar la libertad del presunto delincuente que había sido aprehendido por las Fuerzas Armadas, a virtud de una orden de aprehensión que existía (existe) en su contra; solicitada la detención judicial por las autoridades estadounidenses. Ese acto ordenado por el mismo presidente de la República fue un delito.
¿Una semana o 15 días para informar lo sucedido el 17 de octubre de 2019? AMLO simplemente confesó desde entonces que “iban a morir 200 inocentes” ¡Falso! Fue un fracaso el operativo la detención de Ovidio Guzmán. Los delincuentes superaron en armas y estrategia a las Fuerzas Armadas, cuyo comandante en jefe es el mismo presidente de la República, sí Andrés López Obrador, el delincuente que ordenó la liberación de otro delincuente ¿Coincidencia o contubernio? La estratagema para liberar a Ovidio.
Luego criticaría a sus críticos, esos que calificó de: “cretinos, desinformados e hipócritas a quienes critican su estrategia de seguridad”, de no haber criticado la lucha fallida que emprendió el presidente Felipe Calderón Hinojosa, en contra de la delincuencia.
Claro, AMLO no mencionó, más bien se hizo tonto, dado que no justificó el por qué su estrategia de seguridad, basada en las causas y no en las consecuencias, ha superado en mucho la comisión de homicidios violentos por parte de la delincuencia organizada y desorganizada, violaciones, desapariciones de personas, muertes de periodistas y luchadores sociales, etcétera. Cualquiera que haya sido la estrategia de lucha del gobierno de Calderón en contra de la delincuencia organizada, fue mucho más efectiva que la puesta en práctica por Andrés López Obrador; simple respuesta: hubo menos homicidios cometidos con armas de fuego y otros delitos.
Otra de las estupideces de AMLO, quien justificó su estrategia y siguió criticando a Calderón; con senda torpeza arremetió en contra de su eterno enemigo: “Y nos meten en un problema grave, no pensó en que la paz es fruto de la justicia, no pensó en atender el problema con trabajo, producción, combatiendo la pobreza, atendiendo los jóvenes, no guerra”. Lo peor de sus mentiras, que los ingenuos, ignorantes y adoradores de la estupidez aún siguen creyendo en el soez y corrupto de López.
Calderón Hinojosa jamás ordenó liberar a ningún criminal, a diferencia de AMLO, quien después de haber sido detenido un peligroso delincuente en cumplimiento de orden de aprehensión, confesó haber dado la orden de liberarlo. Eso jamás sucedió con Calderón. Con ese acto eminentemente de corrupción, el presidente de la República también se sumó a la comisión de actos delictivos para, supuestamente, combatir a la peligrosa delincuencia.
La iracunda y soez manera de expresarse del presidente López, no corresponde a un mandatario. Tuvo que recordar una vez más su frustración al haber perdido la elección frente a Felipe Calderón, al mencionar: “¿Por qué se nos va a olvidar que Felipe Calderón se robó la Presidencia?”
No cabe duda que AMLO tiene en funcionamiento el hígado como cerebro y el cerebro lo utiliza como la última parte de su función digestiva, vamos es materia escatológica ¡Inconcebible!
Héctor Parra Rodríguez