¡VERDE!…
En esta ocasión escribiré sobre un “efecto” un poco extraño en nuestros servidores públicos. No importa en qué ente se encuentren, en que posición o en que partido, siempre se dará ese fenómeno tan peculiar y aclamado por los asesores raros.
Muy bien lo dice mi amigo y maestro de la pluma… “asesores pendejos”, aquellos que creen tener las mejores ideas o, definitivamente, dichos servidores públicos no cuentan con asesores porque se creen arquitectos de su propio marketing político.
Si aún no saben de quienes estoy hablando, empecemos por recapitular. Si son usuarios de la red social del pajarito o de Facebook, principalmente, podrán ver que gran parte de nuestros políticos y al mismo tiempo, funcionarios o servidores públicos, han entrado en un juego que no va a llevarles a nada. Hace unos años podíamos ver las fotos de sus recorridos en las calles, casa por casa, metiéndose al rio o a los charcos después de las inundaciones; podríamos verlos lo mismo ensuciando sus zapatos caros que “desgarrando” sus mejores camisas con tal de conseguir la mejor foto, esa que demostrara que son gente, barrio, pueblo, sencilla y humilde. Nadie lo cree.
Después de eso pasaron a las fotos en reuniones con lideres, a las comidas, cenas, visitas y recorridos por mercados, a la “donación” de materiales, juguetes, ropa, etc, etc. Hasta aquí todo parece muy cotidiano y sencillo, sin embargo, los últimos dos giros son los que ustedes, lectores queridos, podrán criticar aún mas.
Primero tenemos a los funcionarios “tiktokeros”, en los que se ve un claro ejemplo (casi siempre) de los servidores desesperados por conseguir vistas, visitas, likes, alcance y simpatía. Vemos videos cortos e instastories que definitivamente no demuestran nada de trabajo y mucho menos, se enfocan a un público en específico. Realizan coreografías, bailes y sketch sin sentido que lejos de llegar al corazón de los ciudadanos, llegan con al “Deforma” o “Acueducto”.
La segunda clasificación que tenemos es la de los narcisistas servidores públicos. Aquellos que suben una foto de su cara (si, leyó bien), en donde lo único que se observa es el ceño supuestamente fruncido haciendo la simulación de preocupación, su mirada poniendo atención al vacío y un mensaje de pie de foto simplón, algo así como “La generación urbana de 5 de Febrero es viable pero debe ser un proyecto integral que considere infraestructura hidráulica!!” (sic). Además de arrobar su recinto laboral, su partido y a un funcionario de mayor jerarquía para llamar la atención. Olvídense de los que se toman fotos comiéndose un taco, olvídense incluso de los tiktoker chavorrucos haciendo “retos virales”, la medalla es para quienes únicamente suben la foto de su cara y mensajes rimbombantes y rebuscados que no llegarán a nadie.
A esta segunda clasificación podemos sumarle un punto extra a quienes además de subir su hermosísimo rostro preocupado por lo que están viviendo, le ponen marca de agua con su nombre y apellido con los colores de su partido, es más, sin si quiera hacer uso del vacío legal de poner su nombre como página de internet, por ejemplo, www.toñozapata.com, ponen su nombre en la pared de su oficina. Si no me creen, busquen en twitter: “El siguiente paso… es llevar a cabo un nuevo modelo de Desarrollo Ambiental!!!” en donde se etiquetan a la legislatura, el partido verde y… ¿A SEDESU?, con la imagen de un “androide”, simulando inteligencia artificial con un diseño de cartelera de cine. Supongo que su diseñador verde entiende que el partido verde se relaciona con inteligencia artificial y el nuevo modelo de desarrollo ambiental se basa o sustenta en la elaboración de androides. No se que habrá querido decir.
Bueno, solo falta que se preocupe por algunos peces y vaya a tomarse fotos viendo peces en una laguna, mientras se pone de rodillas tocando la tierra que rodea el área verde y …. O mejor, una foto de su cara y otra de los peces, que no tengan nada que ver.
Ojala que cambie la estrategia de trabajo (o mínimo de comunicación), igual le funciona más una estrategia de “presentar una iniciativa que abone a la congeladora legislativa cada lunes”…
“Al final, todo sale”