NAVA NO VA A LA DEFENSORÍA
“Promover, proteger, respetar y garantizar los Derechos Humanos en la Entidad Federativa. Con facultades para conocer e investigar, probables violaciones a los Derechos “Fundamentales” (sic), por actos u omisiones de carácter administrativo en que incurran servidores(as) públicos(as) estatales o municipales.” Así lo cita la propia página de la Defensoría en el Estado, lo cual evidentemente es acorde con la Comisión Nacional, organismos y tratados internacionales.
En días pasados se abrió la convocatoria para quienes aspiran a dirigir este organismo, mismo que, como su nombre lo dice, defenderá (o pretenderán hacerlo) los derechos de las personas. El principal problema que se presenta en este órgano dotado de autonomía es, que se ha puesto en tela de juicio esa autonomía y se le atribuye un servilismo infame al Estado. Como más claro ejemplo podemos observar como año con año, los activistas en pro de los derechos de TODAS las personas, tenían que estar luchando por sus derechos y por los derechos de las demás personas y lo hacían contra la legislatura, contra el ejecutivo y contra la defensoría.
Lo que llama la atención de este proceso 2022 no es tanto la cantidad de inscritos, sino la cantidad de activistas consolidadas y consolidados en la lucha por todos los derechos. Podemos leer nombres de personas como Rocío Candelaria Trejo Emeterio, visitadora especialista en derechos humanos; Mónica Gabriela Pasillas, extrabajadora de la otrora Comisión Estatal de Derechos Humanos; José Vidal Uribe Concha, expresidente del Instituto Electoral de Querétaro; y Miguel Nava Alvarado, expresidente de la Defensoría a la que aspira regresar, Rogelio Estrada Pacheco, excolaborador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH); Rafael Buendía Madrigal; Marlene Martín Rico, abogada y activista; y Maricruz Ocampo Guerrero, abogada y activista, Aracely Moreno Porras, Sandra Paola Castruita Yscapa, Javier Rascado Pérez, Jean Paul Villafuerte Rodríguez, Víctor Manuel García Herrera, Fabián Hernández Hernández, Sergio Claudio Arellano, Jorge Aurelio León, Javier Davis Garfias y Mario Carrillo Tapia.
En total se inscriben 6 mujeres con reconocida trayectoria, experiencia, activismo, profesionalismo y trabajo, sin embargo, en esta ocasión quiero hacer mención de una mujer de la cual, no se ha mencionado mucho, aún, pero que es un gran perfil para dirigir tan importante organismo.
Sandra Paola Castruita Yscapa, una joven mujer queretana que ha trabajado por muchos años en la promoción y defensa de derechos humanos a nivel estatal y federal. Cuenta con una sólida formación académica; es licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Querétaro, maestra en Derechos Humanos y Democracia por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales sede Académica México (FLACSO), con estudios en Derechos Humanos y otras especializaciones en países como Francia, España, China y EEUU. Desde sus inicios en el ámbito profesional, Sandra Castruita orientó sus esfuerzos y conocimientos a trabajar en favor de las personas en situación de vulnerabilidad, así como en la promoción y defensa de los derechos humanos en instituciones como el Sistema Estatal DIF, la Defensoría de los Derechos Humanos de Queréaro y la Dirección General de Política Pública de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, entre otras.
La aspirante a presidir la DDHQ ha podido afianzar una trayectoria en pro de los derechos humanos, comenzando desde el activismo y consolidándose en el ámbito público a nivel local y federal. Por otro lado, ha forjado a estudiantes de licenciatura y de posgrado así como coordinado trabajos académicos que se han convertido en investigaciones importantes en la materia.
Es cierto que existen perfiles que podrían ser más “cómodos al sistema”, otros que podrían tener más “experiencia”, algunos otros perfiles más polémicos, sin embargo, Sandra Castruita podría ser una de las personas candidatas a presidir la Defensoría, que más certeza pueda darle tanto al organismo como a las personas.
“Al final, todo sale”