“Les tumbaron diputaciones” “Los bajaron de la presidencia” “Están en nuestra contra” “Instituciones pagadas por la mafia del poder” “Tribunales corruptos”
Muchas de esas frases las veremos en las columnas y noticias de diversos medios en estos días, especialmente porque aún no termina propiamente el proceso electoral pues aún falta por definir muchas cuestiones de aquellas ilegalidades que hayan podido darse en las contiendas.
Recientemente vi que, a nivel nacional, el encabezado de la nota decía: “les tumban 3 Diputados Federales a morena”, otra donde “le quitan 3 curules a morena” y el presidente ni tardo ni perezoso acuso al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, aquel al que el super abogado docto del derecho electoral, ex líder de un partido que lo corrió y quien presume sus mil batallas ganadas en tribunales llama “TRIFE” hasta hoy en día, de estar en su contra y querer mermar las fuerzas del partido oficial.
Otro asunto que ha empezado a revolver el agua, levantar las piedras, patear pelotas, encrespar y hasta poner nerviosos a los más altos funcionarios de dos partidos ex aliados y ex partidazos, es el asunto de probable nulidad de elección, lo cual derivaría en un nuevo proceso electoral extraordinario en Huimilpan y Colón. Dos municipios que hasta el día de hoy le fue confiado el voto (léase el confiado en tono sarcástico en el caso de Colón) al Instituto Político Verde Ecologista y al Revolucionario Institucional respectivamente. Municipios en los que había habido alternancia hasta el día de hoy y que además, serían el desfogue de los Comités Estatales de ambos partidos.
No me voy a meter en pequeñeces, bueno, en asuntos que no me corresponden. Dejen contarles que no se trata de “bajarles” funcionarios, no significa que les estén “tumbando elecciones”, se trata de la aplicación de la ley en su forma más pura, según las partes hayan ofrecido medios probatorios, y de la ejecución de decisiones de personas que se encuentran facultadas para proteger la legalidad, la democracia y los derechos de los ciudadanos, de los votantes, del pueblo, del populo, de la gente, de como usted guste llamarle.
No se trata de instituciones corruptas o de procesos cochinos, no se trata de estar en contra de uno o de otro, se trata de como se hacen las cosas de fondo y con sus formas y no de quien puede pagar más a un juez o a un magistrado. Imagine cuanto gasta un candidato en una campaña, en su publicidad antes de la campaña o en las comidas de agradecimiento después de haber ganado…ahora sume la cantidad que debe pagarle a un Magistrado que gana DOS MILLONES Y MEDIO DE PESOS AL AÑO, más MEDIO MILLÓN DE PESOS por algunas de las prestaciones ($3,000,000.00 para quien guste de los números). Francamente no le alcanza ni el trienio de su mandato para recuperar lo invertido. Imagine si lo hace para que se repita la elección.
En el caso de Querétaro, que son los municipios de Huimilpan y Colón, también debe haber cosas muy claras: primero, en colón la culpa es del candidato, de los operadores, de la militancia y del partido pues se trata de irregularidades en casillas electorales, donde se influye directamente por instrucciones de los operadores políticos, de los dirigentes o de los candidatos, no hay más; segundo, por lo que respecta a Huimilpan, el menos culpable es el partido, en todo caso se le puede culpar de apostar por ese candidato pero ni si quiera eso…no pueden predecir las actitudes personales de él, se trata de un asunto de violencia en razón de género y ese es un tema que le corresponde a una sola persona, a quien se demanda ser quien ejerció dicha violencia y eso, está completamente fuera del alcance de las decisiones de los operadores, dirigentes o militantes.
Se observa que en Huimilpan se hizo buena campaña, el candidato convenció a la población, se opero limpio y se ganó mejor, sin embargo la ley es muy clara en temas de violencia y eso es lo que está pegando al partido (recordemos que Juan Guzmán no ha ido siempre con el verde), por el contrario, en colón se está en la posibilidad de que la elección sea repetida por culpa de una muy mala estrategia y de una muy mala planeación.
“Al final, todo sale”