Este pasado 7 de agosto el Partido Acción Nacional llevó a cabo su sesión de Consejo, que tenía por objetivo liso y llano dar a conocer a los designados de Marko Cortés para encaminar toda la maquinaria necesaria para que los azules elijan a su líder nacional.
Como seguramente ya lo sabe, el gobernador queretano ha levantado la mano y no se ha detenido para hacer reiterados señalamientos dirigidos al actual presidente de ese partido.
Durante una breve intervención Francisco Domínguez fue muy directo: «no estoy de acuerdo con el triunfalismo» y «creo que en ninguna parte en ningún partido en todo el mundo el presidente nacional propone a la comisión electoral», es decir: ¡saca las pezuñas del proceso, Marko! Así, tal cual.
Más tarde, en su cuenta de Twitter, profundizó un poco más y acotó varias cosas que vale la pena reflexionar: pide retomar asambleas y convenciones de miembros activos, o sea, depurar a los oportunistas; sí abrir el partido pero a quienes comulguen con los principios. Más adelante subraya que «…hay arreglos, concesiones y alianzas que le han costado muy caro al partido.», es decir, Pancho rechaza las alianzas tripartitas, método que, desde muchas ópticas, sirvió para poder ganar espacios en el Congreso. Domínguez enfrentaría resistencias en ese plano.
Finalmente pide llevar a cabo un ejercicio de autocrítica así como renovar la vida institucional, que puede interpretarse como el señalamiento de Pancho hacia la evidente debacle interna del panismo en la esfera nacional. Y es que pareciera que en ocasiones los panistas quieren acariciar la vertiente del partido de masas.
¿Qué tanto eco tuvo? En la localía los medios y los actores hicieron lo suyo, a saber, respaldaron la postura del líder. Era obvio. No obstante (y no se me vayan a poner locos, solo es lo que se observa), en el campo nacional se desvanecieron los apuntes aunque algunos medios como el Heraldo, el Reforma y el Universal los retomaron de pasadita. No más.
Perfiles como Luisa María Calderón respaldaron a don Pancho en cuanto al asunto de la autocrítica. «Mmmm le han modificado el código genético. No pidas lo que no está en su nueva genética.», dijo. Doña Cocoa renunció al PAN en 2017, así que lo que opine quizás le venga y le vaya a Cortés, y al panismo.
Lo cierto es que la gubernatura no le ha permitido a Pancho operar de manera más quirúrgica. Está, políticamente, atado de manos de momento. Dejando la titularidad del Ejecutivo ahora sí veremos (y algunos sentirán) el movimiento del queretano. Por su parte Ricardo Anaya Cortés ha hecho ‘mutis’ en el asunto del relevo nacional. Él, claro está, va por su amigo y aliado Marko. ¿Apretarán a los locales Anayistas? Lo veo complicado en lo inmediato, nadie desea revueltas alrededor de un nuevo sexenio; Mauricio Kuri querrá orden, pero creo que la conducta y apoyos futuros no son difíciles de adivinar.
Al tiempo.
DIEGO PARRA GARCÍA
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