Celia, levanta muertos.
A penas el pasado 13 de julio la exmagistrada y excandidata de Morena a la gubernatura, Celia Maya García, citó a medios de comunicación en el Mesón de Santa Rosa para anunciar la conformación de algo llamado Frente Social Civil, mismo que se constituye de añejas agrupaciones queretanas.
En la rueda de prensa se logró visualizar a líderes ya bastante conocidos por su “destacada” trayectoria, por ejemplo, Pablo González Loyola de la Unión Cívica Felipe Carrillo Puerto así como Rosalío Olguín del Frente Independiente de Organizaciones Sociales (FIOS), entre otros. Quieren resurgir los años 90.
El objetivo de esta nueva agrupación es, en primer término, promover la innecesaria consulta para enjuiciar a expresidentes. Y, en palabras de quienes expusieron en la rueda, «se trata de un proyecto social que apoyará en otros temas.» Es decir, conociendo a estos lobotes de mar, presionarán a las autoridades entrantes para tratar de obtener algunos beneficios. No obstante hay un elemento nuevo: Celia.
La excandidata tiene pretensiones, así lo ha dado a conocer. Este nuevo Frente Social Civil tiene un espíritu de exigencia social, pero la participación de Maya le da un sesgo absolutamente político. González Loyola y compañía harán la tarea de grupo de choque o presión, mientras que la vocería recaerá en la amiga de López Obrador. Se enamoró del “ya merito”.
Quien encabezará la dependencia encargada de darles la respectiva atención, Guadalupe Murguía, ya ha tratado con estas personas en el pasado. Los conoce muy bien y sabe con detalle la naturaleza de cada uno de los involucrados. Nombres como Pablo González, Rosalío Olguín, Sergio Jerónimo Sánchez, y demás personajes de antaño, no le resultan ajenos. El protocolo de actuación de estos actores sociales ya es por demás conocido. Muy predecibles, no conocen otros métodos.
Más de alguno amasó riquezas invadiendo tierras ajenas para luego exigir que se llevaran a cabo los procesos de regularización, creando colonias sin ninguna planeación y al por mayor, como el caso de muchas de las que se encuentran alrededor de las avenidas Pie de la Cuesta y Sombrerete. Es un modus operandi muy rabioso y mañoso.
Autores intelectual y materiales se han confabulado en un mismo cuerpo colectivo. Aprovecharán otras coyunturas (movilidad, por ejemplo) para tratar de mantenerse vivos, por eso aquello de «un proyecto social que apoyará en otros temas.»
Reviviendo muertos. Al tiempo.