El templo de la hipocresía.
¡Para eso me gustaban! La sesión fue una escena grotesca, la Cámara de Diputados Federal decidió el 25 de marzo —sí, el Día Naranja, un día dedicado a visibilizar y erradicar la violencia contra las mujeres— arropar a un presunto violador en la máxima tribuna del país.
El cinismo llegó a niveles inimaginables cuando Cuauhtémoc Blanco fue ilegalmente llevado entre aplausos y gritos a la tribuna para tomar la palabra. ¿Qué clase de mensaje envía esto a las víctimas de violencia sexual? Es claro que, en México, los hombres poderosos y bien conectados pueden abusar y salirse con la suya gracias al respaldo de sus complicidades de partido.
Las diputaciones de Morena, que se autodenominan progresistas, decidieron darle la espalda al movimiento feminista y a las víctimas de violencia sexual. La borregada monrealista barrio y trapeo todo indicio de perspectiva de género con las faldas de sus diputadas. Las supuestas “feministas” de curul cambiaron su dignidad por una promesa que no se les cumplirá.
“Hipócritas quienes se visten de morado, quienes se visten de rosa y de naranja… quienes hacen reconocimientos a las mujeres el 8M” fueron las palabras de Margarita García evidenciando a las diputadas que dicen proteger a las mujeres violentadas; y abundo diciendo: “el pueblo las va a juzgar… malditas sean aquellas que con sus palabras defienden al pueblo y con sus hechos lo traicionan”, ante la patética y sesgada conducción de la sesión de la Cámara de Diputados. Habló rudo la señora. Al parecer, la sororidad solo aplica cuando les conviene políticamente.
Es evidente que, para las diputaciones que apoyaron al multipresunto Cuauhtémoc Blanco, la agenda feminista solo le sirve como accesorio político cuando hay votos en juego. ¿Dónde quedó el discurso de lucha contra la violencia machista? ¿Dónde quedó el apoyo a las mujeres? Para el partido en el poder, el feminismo parece ser solo una herramienta de campaña que se guarda en el cajón cuando las denuncias alcanzan a sus protegidos.
Hablemos de las diputaciones queretanas. ¿A quién representan exactamente? Porque está claro que no es a las mujeres ni a las víctimas de violencia. Su voto fue una traición directa a la ciudadanía queretana y a todas las mujeres que alguna vez creyeron que la política podía ser una herramienta de justicia y equidad. Pero claro, en un país donde la impunidad es la norma, que las diputaciones queretanas decidan taparse los ojos ante una acusación de abuso sexual no sorprende a nadie.
Seamos claros; Luis Humberto Fernández quiere ser gobernador, ¿no?, entonces, ¿de qué manera creerle al diputado que le importa erradicar la violencia contra las mujeres? Quizá su estrategia sea traer “al Cuauh” a Querétaro para que le ayude a hacer campaña. Por lo que parece, es su gran amigo, al que le puede hacer junto al estadio Corregidora, un monumento a la complicidad, al machismo y al abuso de poder.
Este caso ha generado gran descontento en la sociedad civil y movimientos feministas, que interpretan la decisión como una muestra de impunidad y falta de compromiso con la justicia de género. El “yo si te creo” se diluyó. La percepción de que las élites políticas protegen a sus miembros, incluso ante acusaciones graves, erosionan la confianza pública en las instituciones y movilizan a colectivos en demanda de mayor transparencia y equidad.
Lo comentamos recientemente, no hay partido político ni gobierno que pueda igualar al movimiento feminista. Quien no lo quiera ver así comete un grave error. Las mujeres no olvidan. Las feministas menos.
@CesarZafra