¡No me ayudes comadre!
El gobierno estatal inicio con acciones que buscaban emitir mensajes de que, la participación ciudadana y la progresividad de derechos, serían prioridad en la administración Kuri. Se creó la Secretaría de Participación Ciudadana y dentro de la Secretaria de Gobierno se generó la Subsecretaria de Derechos Humanos.
Obras son amores y en el diseño de políticas públicas la administración estatal abrió espacios que recogieran y canalizaran expresiones ciudadanas a favor de su propio desarrollo. La Secretaria de Salud, pese a las dificultades con la federación, maniobró bien la pandemia e implementó esquemas de atención a grupos de atención prioritaria.
Incluso en el Congreso local se observaron señales inéditas como lo fue la iluminación de su fachada con los colores del arcoíris el 28 de junio, o la aprobación de reformas al Código Penal estatal para prohibir y sancionar las “terapias de conversión”, conocidas como Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (ECOSIG). Esto está en la ley queretana desde hace casi un año.
En este contexto a favor del respeto a la integridad y derechos humanos no puede entenderse el por qué las diputaciones federales panistas se pasaron olímpicamente por el arco del triunfo todos estos avances, los hicieron rollito y los metieron en el orificio de la torpeza, la desinformación y los prejuicios.
Cayendo en una total incongruencia, dado que en Querétaro ya habían sido prohibidas las llamadas “terapias de conversión”, resulta que, en la Cámara de Diputados, el bloque de las diputaciones federales panistas queretanas tuvo la ocurrencia de hacerle el caldo gordo a la Liga de la Vela Perpetua y a extremistas como María Teresa Castell y Gabriel Quadri. Todos escondiendo sus fobias entre “argumentos” carentes de todo sentido común.
En concreto Sonia Rocha brillo por su falta de audacia. Ella es la suplente de Lupita Murguía en la contienda al Senado de la Republica; Lupita fue quien dio vida a la Subsecretaria de Derechos Humanos cuando fue titular de la Secretaría de Gobierno. ¿De verdad razonaron su voto? Ni por estar en campaña electoral pensaron tantito la repercusión de sus actos.
En la practicidad de la política, que tanto les encanta, ¿qué necesidad tenía Sonia y sus compañeros de mostrarse como unos anti derechos? En una votación que tenían perdida y que en su momento define el Senado como Cámara revisora, ¿para qué contaminar la campaña y echarse encima a activistas defensores de derechos humanos? ¿Pero qué necesidad? Es evidente que, para algunas personas, el estar permanentemente en estado de privilegio les nubla el oficio político.
Tal vez Lupita le habrá dicho a Sonia: ¡No me ayudes comadre!
@CesarZafra