Nos enseñaron los chones
En números crudos: la participación en Querétaro para la elección de ministros de la Suprema Corte fue del 10.8%. O sea, casi el 90% del electorado decidió ver Netflix, o ir a visitar a la suegra, en lugar de participar en el juego de las urnas.
Pero la cosa mejora. Resulta que los votos nulos y/o casillas no utilizadas alcanzaron el 16.3%, es decir, hubo más gente invalidando su voto o ignorando el proceso que personas votando por candidaturas. Y para resaltar más este dato, la suma de los votos de las candidatas que obtuvieron el primero y segundo lugar (8.4%) están muy por debajo del porcentaje de los que decidieron anular o no utilizar casillas de la boleta.
Supongamos: si al 10.8% de porcentaje de participación le restamos la proporción que corresponde a los votos nulos y/o casillas inutilizadas, entonces la “votación efectiva” estaría rondando el 9%. Este dato es muy importante.
Fue evidente que, para votar, si o si era necesario una guía. No niego que algunas personas hicieron un ejercicio de investigación y reflexión previo a emitir su voto, pero en honor a la verdad fuimos los menos. La participación mayoritaria fue inducida a través de una lluvia de acordeones provenientes de partidos políticos y gobiernos.
La realidad es que la elección al Poder Judicial se operó desde los aparatos del poder, desde la ideología y el partidismo. La “mapachería” no se quedó fuera y se tradujo en acordeones.
Los resultados de la elección exhibieron dos grandes operaciones que se reflejan en dos candidaturas; las de Lenia Batres y Loretta Ortiz. En Querétaro circularon varios acordeones, destacando los que incluían a Batres y los que no.
A nivel nacional Batres fue la candidata más votada; sin embargo, Querétaro lo gana Loretta con 4.5% y Batres obtiene el 3.9%. Fue más eficaz el acordeón que apoyaba a Ortiz, sobre todo en los municipios no metropolitanos. Sería interesante saber que fuerzas estuvieron apoyando estas candidaturas en el estado.
De ello sugiere otro dato interesante – siguiendo con las suposiciones – los porcentajes de ambas candidatas suman 8.4%, cifra muy cercana al 9% de la “votación efectiva” mencionada anteriormente; entonces… ¿casi el 98% de la votación efectiva provino de una operación “mapacheril” con origen partidista? La verdad, yo creo que sí.
Más allá de quienes impulsaron estas candidaturas, queda claro que hay dos grandes fuerzas compitiendo en lo local y lo ocurrido el pasado domingo lo demuestra. También quedó evidenciada la operación y el tamaño de la movilización partidista.
La elección judicial terminó siendo un muy caro juego de preparación para lo que será 2027. A nivel nacional la hegemonía en el poder logró todos sus objetivos. Para ello era imprescindible que esta elección se basara en la movilización partidista y lo lograron. No queda más que “disfrutar” lo votado y asumir las consecuencias.
@CesarZafra