Por: César Zafra
Nos urgen legados
Todos los partidos políticos han participado en el ejercicio del poder. Para bien o para mal, todos, sin excepción, son corresponsables del estado económico y social de nuestro entorno. Nos acostumbramos a la pasarela de aspirantes a caciques con trastornos de personalidad y narcisistas. Normalizamos escoger desde el parámetro de “lo menos peor” e incluso festejar los medianos logros de quienes llevan las riendas de la administración pública.
En la clase política abunda el culto a la personalidad y hay una gran carencia de legados positivos. A las causas se anteponen las agendas partidistas, el “timing” electoral y la falta de voluntad. La progresividad de derechos se trunca desde el prejuicio, las etiquetas y la ignorancia. Los avances se atoran en la indiferencia y también en la intolerancia. La participación ciudadana ofende a los burócratas que solo buscan tener una buena chamba a costa del presupuesto y vivir permanentemente en una burbuja.
Pero también hay otro extremo. Desde la ciudadanía, personas y organizaciones buscan poner su granito de arena, observar la administración pública, proponer, pero, sobre todo involucrarse. “Corretear” de forma institucional a los servidores públicos e incluirse en los procesos de gestión de políticas públicas.
De igual forma me atrevo a decir que si hay políticos con vocación de servicio y que buscan ser agentes de cambio. Me consta que a lo largo del Estado hay servidores públicos que buscan dejar un legado y que su actuar trascienda.
Son políticos con visión de estado, que honran su palabra; que ven como su prioridad a las infancias, que honran a la mujer y están comprometidos con los derechos fundamentales. Nos urgen legados y no me refiero únicamente a grandes obras.
Pese a los nubarrones tengo expectativas. Soy optimista que contaremos con una nueva Ley Electoral, con acciones afirmativas reales para grupos de atención prioritaria; una mejor regulación federal sobre aprovechamiento del agua. Que pronto iniciará el saneamiento del río Toliman y que el proyecto del Batán se consolidará.
Que pronto tendremos una nueva Ley de Participación Ciudadana local que incluya mecanismos como presupuestos participativos, cabildos abiertos, facilidad para presentar iniciativas ciudadanas y comités de participación.
Soy optimista que en las zonas metropolitanas del Estado habrá una efervescencia de participación social y que los gobiernos tendrán que ser más abiertos; es evidente que las mujeres serranas levantaran la voz y que las comunidades se organizaran para promover su desarrollo.
Existen las condiciones para todo ello y más.
Si la partidocracia persiste en mantenerse en su soberbia, pues allá ella, en el pecado llevaran la penitencia…
@CésarZafra