Las y los legisladores queretanos inician con el pie izquierdo y no se ponen de acuerdo para nombrar a los miembros de la mesa directiva en la sesión de instalación.
Y no es para menos, ninguna bancada logró la mayoría simple. El PAN perdió la hegemonía que sostuvo durante varias legislaturas. Además, los chapulines saltaron de inmediato, los cambios de bancada no se hicieron esperar. Inestabilidad.
Otro aspecto interesante, militantes de algunos partidos decidieron cambiar de siglas, ahora representan colores diferentes a sus originales, aunque de mentalidad no hayan cambiado, solo interés, salvo prueba en contrario.
Dado que ninguna bancada tiene la mayoría, la rebatinga por las posiciones políticas y administrativas al interior de la LXI, hacen crecer las apetencias. Las 2 bancadas mayoritarias, Morena y PAN, tendrán que negociar la entrega de espacios para el chiquillerío; vamos, si alguna de las bancadas quiere tener el raquítico control ¿Pluralidad política?
Parece que no sería problemático considerando que, si algunos de los actuales legisladores cambiaron de partido, por qué no permutar espacios de poder, como comisiones o plazas administrativas. Ya nada es seguro. Todo depende de quién tenga mayor capacidad de negociación.
La problemática de hoy no es nueva. Ya sucedió en la LII Legislatura cuando el PRI perdió la mayoría en la cámara de diputados, habiendo ganado entonces el PAN. Este tuvo que negociar con los chiquillos de entonces para quedarse con el control de espacios y manejo de los recursos económicos, humanos y materiales. Este es el verdadero fondo de las disputas.
30 años después se repite la misma historia. Parece que faltan buenos negociadores para alcanzar acuerdo y consensos para iniciar los trabajos. Deben entender que nadie logró la mayoría y habrá que negociar permanentemente. 11 diputadas y diputados de Morena no dan la mayoría simple, mucho menos los 9 del PAN. PT, Verde, PRI y MC, serán el “badajo” de la campaña que haga sonar el golpeteo.
El gobierno local, con sutileza, tendrá que intervenir para alcanzar los consensos y acuerdos, pacificar a las y los acelerados que quieren el control de todo cuando el número no se los da.
Esperamos no se empleen los mismos métodos gansteriles que utilizaron en las Cámaras federales, con el respaldo del Poder Ejecutivo, hicieron uso de presiones como denuncias penales, perdones judiciales y ministeriales y supuestas detenciones hicieron cambiar de criterio y de bancada a varios legisladores para brincar y alcanzar el resguardo.
Dado que entre las y los diputados a la LXI Legislatura no había los consensos para nombrar a los integrantes de la mesa directiva, Antonio Zapata decidió un receso, lo que molestó e incomodó a varios legisladores de Morena, aludiendo que el presidente no tenía facultades para ello; claro, nunca mencionaron artículo de su Ley Orgánica que sustentara ese criterio. Zapata no se iba a arriesgar a generar la nulidad de su decisión.
El problema fue de los “representantes” de las bancadas que no tuvieron la capacidad para consensar. Bien sabían que se iban a entrampar y que, unos lo pensaron, habría encerrón hasta desatorar el conflicto; pero no fue así, con el receso se espera enfriar los ánimos y llegar a los consensos.
Todos los grupos y/o bancadas quieren espacios. Insisto, los “chiquillos” tendrán la decisión, aunque el número de sufragios no lo justifique.
La fisonomía política a la LXI aun carece de un verdadero rostro que identifique quién o quienes tendrán el manejo de la misma o si este será como el vaivén de las olas.
Esta vez varios de los y las legisladoras han pasado por otros partidos políticos y hoy representan a quienes antes eran oposición a ellos; hablaban mal de aquello que hoy dicen representar ¿Se mantendrán firmes a sus nuevas apetencias políticas? Nada es seguro en la política. El ejemplo es muy claro a nivel nacional, las traiciones son constantes.
Por lo pronto, diputadas y diputados dieron muestra de la falta de buenos oficios. Los negociadores, si los tienen, hicieron fracasar en su primer intento ¿Quién?, ¿Morena o PAN alcanzará la mayoría simple?
Los tiempos por venir son de trascendencia para todas y todos los queretanos. Por ejemplo, la aprobación de la Ley de Ingresos y el presupuesto de egresos, fundamental para el titular del Poder Ejecutivo; la distribución de los miles de millones de pesos es fundamental.
Deseable que las y los diputados logren los acuerdos y consensos lo más pronto posible.
Total, solo se trata de repartir equitativamente todas las posiciones internas de la LXI Legislatura. Quien ofrezca más seguramente alcanzará la endeble mayoría que podrá romperse en cualquier momento ¿Cuánto pedirá el “chiquillerío?
Y mientras esto sucedía en la nueva Legislatura, en el Poder Judicial del Estado, el pleno de magistrados eligió a Braulio Guerra Malo, como su nuevo presidente.
Veremos si tiene la capacidad para hacer frente a la tormenta que nos azota a todos los mexicanos con aquello de la reforma al Poder Judicial federal que después arrastrará a los locales; un claro intento de destruir nuestra democracia y debilitar el ejercicio de nuestros derechos por medio de la defensa jurídica de los mismos, en vilo el Estado de Derecho ¿Habrá defensa o sumisión al Ejecutivo Federal? El tiempo nos lo dirá.
Héctor Parra Rodríguez