Reforma Judicial y cambio de régimen
Por Waltter López, Vocero del Frente Queretano por el Derecho a la No Discriminación y el Estado Laico
Hola amigas y amigos de esta columna #CuádrupleHélice. Como todos sabemos, el tema de falta de justicia expedita y la gran impunidad son problemas añejos en el sistema de Justicia Mexicano. Cada nueva administración del poder ejecutivo ha propuesto cambios constitucionales para tratar de mejorar el sistema de justicia, como la reforma de 1994, con la que el presidente Zedillo transformó la estructura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, o la reforma constitucional pro derechos humanos del presidente Calderón de 2011 que amplió la procedencia del amparo por violaciones a los derechos humanos reconocidos en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte.
Actualmente y a escasos 40 días del término de la administración del presidente López Obrador, se propone una Reforma Constitucional de gran calado, por las implicaciones que tendrá no sólo en el poder judicial como las anteriores, sino en la misma estructura del régimen republicano en el que hemos vivido desde hace doscientos años, ya que nadie había propuesto en todos esos años, una reforma que implicara la votación directa de jueces y magistrados.
Personalmente considero que como sucedió con las reformas estructurales realizadas en la administración del presidente Peña Nieto, que se impusieron por la mayoría del Congreso de la Unión de esa época, y no por consenso y discusión entre todas las fuerzas política, en base a una falsa lectura de que, al obtener la mayoría de votación, la población mexicana les había extendido un cheque en blanco para hacer lo que quisieran y como vimos, ese cambio duró muy poco porque dichas reformas estructurales fueron frenadas por la presente administración que esta llegando a su fin.
Sin embargo, la reforma planteada al Poder Judicial por la administración Obradorista es tan radical, que cambiaría la concepción del régimen republicano que nos ha definido como nación en los últimos doscientos años, ya que ese régimen esta planteado sobre la base de tener tres poderes independientes y soberanos, lo cual con la presente reforma se alteraría. Si la idea de la presente Reforma al Poder Judicial es efectivamente apuntalar un cambio de régimen desde la Constitución, lo prudente y adecuado sería hacerlo desde una Asamblea Constituyente, donde estuvieran representadas todas las fuerzas políticas y sociales de la Nación y proponer una nueva constitución, que sirviera de base para ese nuevo régimen naciente, como lo hizo España al término del Franquismo y como lo ha intentado Chile después del estallido social de 2019. México no debería cambiar radicalmente su régimen constitucional sólo con los votos de la coalición que obtuvo la mayoría de los votos en la pasada elección, si vamos a cambiar de régimen, debemos hacerlo por consenso y en base a una amplia discusión constituyente, que marque el rumbo al que todas, todes y todos los mexicanos queremos ir.