Abuso Sexual y Otras Violencias.
Por Waltter López, vocero del Frente Queretano por el Derecho a la No Discriminación y el Estado Laico
El pasado miércoles 15 de octubre se llevó a cabo el Congreso Anual de la Fundación Renace.Pas, organización dedicada a la prevención, atención y seguimiento del abuso sexual. Este año, el tema central fue “La violencia sexual en el entorno educativo”.
Durante el congreso, diversas personas especialistas compartieron información valiosa y herramientas para prevenir la violencia sexual, atender a las víctimas y brindar tratamiento a los agresores. Porque sí, en esta sociedad aun profundamente machista y patriarcal, las cifras son contundentes: el 80% de las víctimas son mujeres y el 20% son hombres.
Las ponencias coincidieron en algo esencial: toda conducta violenta surge en contextos de desigualdad de poder. La violencia, en cualquiera de sus formas, es el ejercicio abusivo de ese poder para causar daño. Las violencias sexuales no son un hecho aislado, sino un fenómeno social complejo que exige un abordaje interdisciplinario. Y algo esperanzador: la violencia no está genéticamente determinada; es un comportamiento aprendido, transmitido de generación en generación… y por tanto, puede desaprenderse.
Los datos que se presentaron deberían sacudirnos como sociedad.Querétaro ocupa el noveno lugar nacional en el delito de violación simple y equiparada, con una tasa de 15.7 casos por cada cien mil habitantes, frente a una media nacional de 10.5. Además, según la Consulta Infantil y Juvenil 2021, la violencia sexual está entre los cuatro problemas que más preocupan a niñas y niños de 10 a 13 años, y es el segundo problema más importante para adolescentes de 14 a 17. No es casual: históricamente, Querétaro y Tlaxcala encabezan el ranking nacional de abuso sexual infantil, donde 8 de cada 10 víctimas son niñas.
A la luz de estas cifras y de los resultados del Índice de Paz 2025, presentado por el Instituto para la Economía y la Paz en la UAQ —que señala que el talón de Aquiles de Querétaro está en los altos índices de violencia familiar y sexual—, la Confederación Queretana de Organizaciones Sociales (Cívica) ha convocado al Laboratorio Ciudadano sobre las Otras Violencias en Querétaro, que se llevará a cabo el 22 de noviembre.
Este laboratorio busca visibilizar las violencias cotidianas que no siempre aparecen en las estadísticas de seguridad pública: esas que hemos normalizado, callado o incluso justificado. El resultado será un prediagnóstico ciudadano, que se entregará tanto a la academia —para fortalecer la investigación— como a las autoridades, con el fin de diseñar políticas públicas más efectivas que ataquen las raíces de estas violencias, muchas veces el caldo de cultivo de la violencia delictiva.
Tanto el congreso de Renace.Pas como el Laboratorio de Cívica son ejemplos claros de que la sociedad civil queretana está viva y decidida a actuar. Son llamados a sacudir conciencias, a romper el silencio y a exigir que las autoridades asuman su responsabilidad. Pero también son un llamado a cada una y cada uno de nosotros: a mirarnos en el espejo, reconocer que la violencia familiar y sexual ya habita entre nosotros, y tener la valentía de tomar el toro por los cuernos.
Es hora de reaprender a convivir sin violencia, de construir relaciones basadas en el respeto y la empatía. Solo así, sociedad y gobierno de la mano, podremos recuperar la paz que Querétaro merece.