Deseable que en México jamás se vuelvan a dar los resultados electorales del 2018, elección que ganó el peor de todos los candidatos, consecuencia de ello, el populismo y el hartazgo social hace la clase política. un hombre que prometió grandes cambios, cuando solo ha generado más y mayores crisis de las que encontró a su arribo el 1 de diciembre de 2018.
López Obrador presumí que era sencillo gobernar. Todo lo simplificaba, ponía el ejemplo de cómo el extraer petróleo por medio de un “popote”. En la práctica no sabe gobernar, no se deja asesorar, decide por odio y caprichos. Ha destruido el Estado de Derecho; eliminó sensibles programas sociales de apoyo a las y los mexicanos; dilapidó miles de millones de pesos que le dejó la administración de Enrique Peña. Acabó con el sector salud dejando a más de 50 millones de mexicanas y mexicanos sin el derecho constitucional. Perdona a los delincuentes, los deja salir de la cárcel por simples amnistías, consecuencia, entre otras cosas, el aumento de la criminalidad ¡Claro que es difícil gobernar un país de 2 millones de kilómetros cuadrados, poblado por casi 130 millones de personas!
Sumado a la pésima, mala, errónea administración pública de la “transformación”, AMLO se ha rodeado de funcionarias y funcionarios mediocres, impreparados y sin experiencia en la materia, que solo atinan a ser leales, no eficientes ni eficaces en el desempeño de su encargo. El mismo Presidente acepta las torpezas que pretende convertir en virtudes: 90% de honestidad y 10% de capacidad. Ni así, su gobierno es uno de los más corruptos de la historia, por eso tantos robos, desfalcos, fraudes, desvíos de recursos públicos. El colmo, soldados ejerciendo funciones en la administración pública, invadiendo actividades de orden civil que requieren conocimientos especializados ¡Todo un desastre!
¡Si las cosas fueran fáciles, cualquier las haría!
La pésima administración pública de López Obrador, ha cundido como mal ejemplo, hoy muchas y muchos desean seguir sus pasos. Prestos se apuntan para dirigir los destinos y resolver los grandes retos que enfrenta la Nación.
Empezando por las “corcholatas”; de las 3 oficiales de AMLO, si acaso Ebrard es el de mayor experiencia, que no el de mayor confianza; el resto es basura ¿Se imagina a Manuel Velazco de Presidente? El corrupto que daba dinero de las arcas del gobierno de Chiapas a manos llenas a los hermanos de MLO para la campaña. Resulta una ofensa el simple hecho de pensar en un Gerardo Fernández Noroña, lacra del PT que solo sabe vivir del presupuesto. En su vida ha trabajado.
En el Frente Amplio por México de la oposición, apoyado por la Sociedad Civil organizada, no están tan alejados de la misma práctica. Sin embargo, en algunas y algunos de los otrora pretendientes por encabezar el Frente, decidieron renunciar a sus aspiraciones. La realidad los alcanzó. No se es aspirante a la Presidencia, como lo hizo AMLO, por simple capricho. La docena de interesadas e interesados se ha reducido y que bien por ello. No se trata de una quermés.
El destino de casi 130 millones de mexicanos estará en juego en las elecciones de 2024 ¿O terminamos por hundirnos con la promesa de la continuidad del desastre o iniciamos la recuperación?
La única salida del atolladero en la que AMLO y su equipo ha metido a México, es el triunfo en las urnas de la oposición.
¡La sorpresa!
Después de 2 largos años de campaña desde la Presidencia, para repetir el fraude manipulador de mentiras, encabezada por López Obrador, todo parecía marchar tranquilamente. Desde el púlpito presidencial el coordinador de la campaña de Morena y sus corcholatas, daba por sentado repetir su triunfo electoral, sería fácil, más cuando utiliza la fuerza del Estado para conseguir su objetivo, con el respaldo de la delincuencia organizada; 22 gobernadores operando en la misma dirección. El viejo PRI de retorno.
Error de cálculo político. La costumbre de AMLO, vituperar a sus enemigos desde el púlpito presidencial, sin derecho de réplica; machacón con sus discursos de calumnias hacia todo aquel que se moviera, todo en contra de sus enemigos políticos. Una más de sus mentiras, esta vez en contra de la senadora Xóchitl Gálvez; la senadora solicitó derecho de réplica para aclarar la mentira del mitómano. AMLO negó el ejercicio del derecho constitucional. Fallida estrategia política del “golpeador oficial”.
Xóchitl Gálvez, de pronto convertida en un “fenómeno” mediático y en redes sociales. Prácticamente le descompuso la pésima sintonía que de López Obrador. En una semana la señora senadora le dio la vuelta a la retórica presidencial; todas le ha ganado al Presidente. Mientras más la calumnia López Obrador, más crece la popularidad de Xóchitl. El interés mediático creció por la irrupción de quien no pretendía la Presidencia de la República. Ahora es una seria contendiente, gracias a los vilipendios que acostumbra el mañanero de AMLO; creo una figura inesperada en la contienda electoral.
Falta tiempo para las definiciones, cierto, pero la arena política ya no es solo de López Obrador y sus “corcholatas”. el proceso del Frente está por iniciar, los registros de aspirantes continúan. Algunos solo serán de relleno, por capricho para continuar en el debate de la agenda política, sin la menor posibilidad de llegar a la meta. En una semana el panorama cambió radicalmente, todo gracias a las torpezas de quien algunos lo califican de estratega político inigualable; esta vez erró garrafalmente López Obrador. Dio vida a una contendiente que ya le genera problemas de maniobrabilidad mediática que le altera el sueño.
La necesidad del generar, por primera vez, un gobierno de coalición (en su momento), será parte fundamental de los acuerdos entre la oposición, la sociedad civil organizada, quien por medio del Frente Cívico Nacional, ya trabajan para convencer para que se sume al proyecto ciudadano, a quien más parece ser esquirol de AMLO: el senador por MC, Dante Delgado Ranauro.
Conclusión. AMLO logró eficientemente lo que la oposición no pudo hacer durante los casi 5 años de gobierno morenista: crear una oposición con posibilidades de triunfo.
Construyó una figura mediática que le provoca irritabilidad política: Xóchitl Gálvez. A quien sigue denostando, calumniando, difamando, mientras aquella continúa creciendo en popularidad.
¿Y las corcholatas? Ya se pelean entre ellas por el piso disparejo para unos; la consentida transita por autopista y sin baches.
Héctor Parra Rodríguez