Desde hace aproximadamente una década, me he preguntado: ¿Qué tiene de particular septiembre qué despierta el amor a México del mexicano? He pensado seriamente, en las propiedades “mexicanizantes” del pozole rojo; claro, sin pasar desapercibido el embrujo patriota de las fritangas en grasa de cerdo pasadas por chile aguado. Chile , fruta del país por excelencia , distintivo primigenio de valentía, “mexicano qué no come chile no es mexicano” , no importa si la abstención deviene de excesos de consumo anteriores qué dieron pie a una pinche gastritis , si no comes chile no te puedes llamar mexicano y no hay pretextos; un mexicano de cepa, tiene que amar el pozole o asumir el riesgo de ser llamado apátrida , pues en el simbolismo esquizofrénico que brota a borbotones en el “mes de la patria”, el pozole, tiene los colores nacionales : “verde , blanco y colorado” , el verdadero mexicano , ve en una lechuga oxidada y una cebolla oreada revueltas en caldo grasiento los colores de su bandera y la trompa del puerco asomando, hace las veces del escudo , quizá, en clara pareidolia . En septiembre, todo cobra sentido patrio; unos bigotes negros de peluche mal hechos fijados con una pinza metálica a la nariz , una texana de “muchas equis” , una camisa de marca gringa con un trapo de origen Indio amarrado al cuello , al que los cabrones historiadores que siempre encuentran forma para conectar con el pueblo le han colgado un origen Náhuatl, me refiero al “Paliacate”, unos jeans con un buda bordado fabricado por niños micronesios en el caso de los más pudientes, o unos Levi´s hechos en cualquier fábrica de Ciudad Juárez, para los jodidos, y unas botas picudas ,hacen asumir a su portador, como un orgulloso insurgente , aunque los personajes qué pretende emular, eran en su mayoría lampiños , no les alcanzaba para el sombrero, usaban calzón de manta y difícilmente confeccionaban guaraches ¡Estaban jodidos! Por eso mismo se levantaron, a Díaz no le falló, fue un adelantado a su tiempo, hizo patria y patriotas por decreto; La independencia se celebra el día 15 de septiembre porque así lo quiso Porfirio, era su fecha de cumpleaños, había que celebrarlo en grande y que mejor pretexto que la independencia ¿Grito y campanadas? No hubo tales , si acaso uno que otro chiflido para convocar a matar gachupines luego de que les cayeron en la movida, si usted conoce Dolores Hidalgo Guanajuato , se dará cuenta que la casa de Hidalgo no tiene campana y se encuentra a algunas cuadras de la Parroquia , por lo que difícilmente un hombre entrado en los cincuentas al verse descubierto, iba ir corriendo ahí para subir hecho la chingada a tocar una campana y luego bajar de igual forma para estructurar un discurso motivador de tipo coercitivo para que los indios se alzaran en armas; la cosa fue más sencilla, incitó a echar madrazos porque si no los madreaban; por cierto, por años hemos sido engañados respecto a Hidalgo , llevamos dos siglos, rindiendo culto e idolatría a un botánico alemán, amigo del hijo de puta retratista Joaquín Ramírez, mismo que fue contratado por el emperador Maximiliano en 1865, para quedar bien con la perrada en la celebración de los 50 años de independencia, el cual, cumplió su objetivo, 156 años después, seguimos vistiendo a los chiquillos de un hombre calvo con rasgos europeos que no era cura , ni el padre de la patria , es más, ni primo lejano de esta.
Hablemos de los festejos, todas las fiestas para conmemorar la independencia, sin excepción, oficiales y particulares, siempre serán muestra tangible de sincretismo; la fiesta empezará invariablemente con corridos revolucionarios, si, revolucionarios, música nacional que apareció 100 años después del movimiento empezado por el cura de dolores, no se confunda, la Adelita es de otro argüende, es más, a estas alturas de mi vida dudo de su existencia; a lo mejor todo se trató de una metáfora de amor secreto entre compadres que ante la abstención producto de la guerra, se perdieron el asco o ¿Qué se yo? Luego vendrá música de mariachi, si es de los Fernández mejor, para culminar, en el mejor de los casos, con alguna cumbia, ritmo colombiano que fue tropicalizado de “Iztapalapa para el mundo”. Los más sencillos, aquellos que en el barrio festejarán el mito infundido por los libros de la SEP, harán lo propio, al sonoro rugir de la bocina montada en un tripíe, que tocará “un cumbión bien loco” que, al paso de las horas de la madrugada, evolucionará en rolas del rock nacional: El Haragán y compañía, Bostik , Heavy Nopal y el TRI de México con su virgen morena; sacarán los más profundos sentimientos de la raza de bronce.
Pará la cena hará su aparición el platillo mexicano por excelencia , el pinche pozole, cuyo origen mexica, fue deteriorado por el mestizaje que tuvo la osadía de sustituir la carne del enemigo vencido por cerdo; además de todo aquello que pueda llevar maíz y chile : Enchiladas, gorditas, guajolotes, tlacoyos etc. Las bebidas, siempre serán lo mejor, tequila mezclado en todas sus formas y variantes hará delicia de los más patriotas, esos que en 15 de septiembre no beberán una sola gota de escocés , vodka o brandy, ni que fueran malinchistas, aunque en cualquier otra fecha, le hacen asco al tequila ¡Es de nacos! siempre sonará mejor pedir : Whisky on the rocks que un tequila derecho: ¡Que looser! se escucha decir a los más jóvenes, enfundados en una playera verde de marca alemana de la selección nacional, que representa el mayor símbolo de identidad vernácula al que tienen acceso ; sea como sea, lo importante es conmemorar a Miguel Zapata y a Francisco Morelos, que nos dieron patria y libertad al librarnos del yugo de Cortés y la dictadura del PRI , pero sobre todo, que nos dieron motivo para sentirnos muy mexicanos y decir ¡Salud! Y ¡Que viva México Cabrones!