La señora María del Rosario Piedra Ibarra, hace honor a su apellido “piedra”. El pasado 30 de octubre ordenó la publicación de un documento falso, supuestamente aprobado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Dicho documento fue desmentido por la mayoría de los comisionados, quienes en forma enérgica protestaron por difundir un acuerdo falso. Los comisionados desautorizaron de manera enérgica y contundente lo vertido en el apócrifo documento.
La señora Piedra incurre, además de cometer varias faltas administrativas, en violaciones graves a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
En documento, que por cierto no lo calza ninguna firma, solo el logotipo de la CNDH, no fue desmentido por la presidenta. Luego entonces consiente el falso contenido. En poco más de 2 cuartillas narran la supuesta historia de violaciones electorales desde el año de 1951, año de nacimiento de la señora Piedra.
Derivado de lo anterior, a groso modo, en el documento piden a los legisladores federales abroguen al INE y apoyen la propuesta de López Obrador. Paso a transcribir dos de sus párrafos: “3. Llevar a cabo las acciones legislativas necesarias para efectuar las modificaciones que garanticen el derecho pleno a la democracia del pueblo mexicano, en el sentido de fortalecer nuestra democracia formal, pero también las iniciativas de democracia participativa; así como para garantizar un órgano realmente autónomo de cualquier poder, constituido o fáctico, legal o supralegal, que asegure la transparencia del proceso electoral y el recuento efectivo de votos, con plena certeza para la ciudadanía, que elimine por completo el control gubernamental y la prevalencia de los intereses partidistas, tal cual era la demanda de las víctimas de represión y violencia política por parte del Estado en el periodo 1951-1965”.
“Es así que la CNDH hace un llamado público, respetuoso, a las y los legisladores de la República para que, tomando como referente las luchas democráticas mencionadas, y las posteriores, revisen la legislación electoral vigente, realicen un análisis honesto y serio que recoja la expectativas ciudadanas actuales, y construyan una reforma que otorgue certeza sobre la organización de las elecciones, sobre la imparcialidad del órgano encargado de contar los votos y sobre la designación de sus integrantes, de manera insospechable de intereses partidistas o faccionales. Una demanda que, como se dice en la Recomendación General 46/2022, data de hace muchos años, y es una deuda histórica que ha llegado la hora de saldar”.
De la literalidad del documento de la señora Piedra, se desprende la violación al artículo 102 inciso B, párrafo tercero, el cual establece con meridiana claridad que: “Estos organismos no serán competentes tratándose de asuntos electorales y jurisdiccionales”. Obviamente se refiere a la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Segunda falta grave. La primera consiste en difundir un acuerdo falso; la siguiente infracción, incumplir con el mandato constitucional.
De tal suerte que 7 de 10 comisionados reprocharon la publicación imputable a la señora Piedra. Otra falta más, falsificar un documento que no fue aprobado, al menos en la parte relativa al tema electoral.
Del contenido de los dos párrafos que me permití transcribir, denota que el documento fue redactado en las oficinas de Andrés López Obrador ¿Por qué razón? Utiliza los mismos conceptos de descalificación hacia el INE.
Si bien en aquellos años, de 1951 a 1965 hubo serias violaciones en materia político electoral, desde el nacimiento del IFE, ahora denominado INE, esos vicios y/o violaciones dejaron de existir. Se creó con la participación de todas las fuerzas políticas la normatividad constitucional y legal que impiden la comisión de cualquier delito de fraude electoral. En la inteligencia que los quejosos tienen a su alcance los medios legales de impugnación para corregir esas violaciones.
Es tal la desesperación del presidente López Obrador, por querer desintegrar los organismos electorales, tanto el administrativo como el jurisdiccional, que nada le importó inmiscuir a la señora Piedra, quien solícita y violando la Constitución, se entromete en asuntos que le están prohibidos. Se equivocó al pretender el aval de la CNDH. No faltaron los mismos descalificativos que utiliza el presidente López, pretendiendo generar desconfianza en la población en contra de los organismos electorales.
Muy desesperado se encuentra AMLO, quien ahora afirma que no es su intención desaparecer esos organismos; que sí quiere eliminar; por supuesto que sí, el señor dueño de la mentira, difunde otro engaño más. El periódico Reforma dio a conocer una encuesta de la que se infiere que, apenas el 13% de los ciudadanos mexicanos están de acuerdo con la propuesta de reforma electoral del presidente. 87% del electorado apoya la permanencia del INE y del TEPJF: reprueban la iniciativa de López Obrador.
Seguramente las leyes vigentes son perfectibles, pero jamás la reforma constitucional que pretende el antidemocrático de López Obrador. AMLO quiere el control electoral, esa es su finalidad, para decidir quién gana y quién pierde una elección. De sojuzgar a los dos organismos electorales, Morena gobernaría a los mexicanos por décadas, tal vez hasta que se diera un golpe de Estado. No a otro derramamiento de sangre. Otra mentira del presidente: “busca evitar fraudes electorales” ¡Él es el experto en fraudes!
La vida democrática y libertades de las que hoy goza cualquier persona que habita el territorio mexicano, terminarían con la entrega del poder absoluto a un solo hombre. Entonces sí sería la autodictadura perfecta.
La oposición, incluyendo a los aliados de Morena, no deben permitir su propia extinción avalando la iniciativa más antidemocrática que ha existido hasta hoy.
El episcopado mexicano también está en contra de la iniciativa de AMLO; tan bien ha funcionado el INE que son invitados los consejeros electorales por gobiernos de otros países para asesorarlos.
El juego sucio de la señora Piedra duró poco. El gusto fue transformado en ira con el desmentido de la mayoría de los comisionados de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Rosario Piedra Ibarra, debe emitir una recomendación al presidente López Obrador, por cancelar medicinas y violar los derechos humanos de los niños con cáncer y dejar de entrometerse en asuntos que no son de su competencia.
Héctor Parra Rodríguez