Como canasta navideña llegada en agosto resultó el asunto de Ricardo Anaya Cortés para más de alguno.
El excandidato presidencial se retiró del país por la posible aprehensión de la que sería objeto en caso de presentarse como lo indicara el citatorio que recibió. Trasciende en alguna inteligente columna que despachará, en un primer momento, desde el país de la cerveza para luego atender desde la nación de las ovejas.
¿Y esto qué canastos tiene que ver con la localía queretana? Quizás poco, quizás mucho. Pero tal vez lo relevante es que el grupo al que pertenece a nivel nacional sufra un debilitamiento, y en la queretaneidad algunos posiblemente también lo resientan.
Ayer lunes quienes conformamos La Cruda Verdad realizamos un ejercicio en Twitter mediante la herramienta de los “espacios”, en la que abordamos este mismo tema. Allí coincidimos en que uno de los beneficiados con este escenario es, posiblemente, el aún gobernador Francisco Domínguez en su búsqueda por el CEN.
De hecho Animal Político publicó este martes 24 de agosto algunos detalles de la audiencia privada que tuvo Lavalle. Si uno se da un chapuzón entre sus párrafos, notará que son diversos los nombres ahí vertidos, pero no aparece el del mandatario queretano. Nada se menciona. El único «Francisco» que surge entre las líneas es el de Tamaulipas. Aquellos perros viejos con mal olfato parece que se quedarán con ganas de hacer más olas en su chapoteadero.
Ricardo Anaya, al haberse retirado del país pierde, en alguna medida, capacidad de maniobra que, con toda seguridad, su amigo Marko Cortés esperaba de cara a la próxima elección del presidente del CEN. La política también requiere presencia física, no todo es ficción.
El hecho también genera posibilidades amplias para otros panistas en la localía, por ejemplo, para quienes aspiran al Comité Directivo Estatal. Por ahí uno de los suspirantes es el sanjuanense Guillermo Vega, no obstante podría ver minada su intención. Los azules necesitarán alguien que aglutine y que tenga trabajo con grupos y tribus.
Si la garra de la investigación se extiende lo suficiente y alcanza a los amigos cercanos de Anaya Cortés, alguno o alguna que ya se encuentra palpando algún proyecto por arrancar en octubre, quizás debería pensárselo dos veces pues el terreno tiene apariencia pantanosa.
Claro que ahí la última palabra la tendrá el nuevo jefe.
Así pues, la presunta “persecución” que acusa Anaya tiene sabor a dulce y amargo a la vez.
Veremos.
Diego Parra García
TWITTER: @LaEspadaDeSanti