Iniciaba el mes de febrero cuando el embajador estadounidense Ken Salazar, en relación a la iniciativa de reforma eléctrica de AMLO dijo: “es necesaria y se deben entender las razones del presidente”.
Ello dio pauta para que el mismo presidente López Obrador, agradeciera el “espaldarazo” del embajador a su iniciativa.
Lo que nunca entendió AMO, fue el fondo de las palabras del embajador: cortesía política. Simplemente refirió que era necesaria, no que fuese una buena iniciativa el pretender confiscar bienes de los inversionistas ni cancelar los contratos de generación de energías limpias. López, con su cortedad de entendimiento, imaginó que los estadounidenses estaban felices con la contrarreforma de su iniciativa.
A poco más de un mes de aquella declaración del embajador Ken Salazar, mal entendida y peor interpretada por López Obrador, el jueves pasado el embajador asistió a la Cámara de Diputados y, frente a una comisión de legisladores, pidió se respeten los contratos que fueron suscritos con la ley vigente. La afirmación significó, esta vez con claridad, que la iniciativa presidencial es de naturaleza “leonina”, dada su naturaleza confiscatoria y monopólica.
Habiendo aclarado lo que antes no expresó el embajador, Andrés López no estuvo de acuerdo con lo expresado por el por el diplomático en la Cámara de Diputados. ahora respondió, como es su costumbre desgastada, que iba a terminar con los “contratos leoninos” por medio de su contrarreforma eléctrica. Que los contratos serían modificados para quitarles el subsidio; que México no es tierra de conquista; que no ganaron los partidos que apoyaban a las empresas eléctricas que saqueaban al país. Réplica al embajador norteamericano.
¿Qué le pasó al presidente si apenas unos días antes aplaudió la declaración de Ken Salazar sobre su iniciativa? Además, afirmó que ¡no se modificará la iniciativa de contrarreforma! Pronto terminó el amasiato diplomático que imaginó López Obrador, imaginando erróneamente que los EUA apoyaban su iniciativa. Por mal pensado volvió a equivocarse.
Vaya falta de respeto a la autonomía del Poder Legislativo. AMLO también dijo que no modificarían su iniciativa. Jurídicamente no es nadie en el proceso legislativo y, tanto diputados como senadores, en pleno ejercicio constitucional de sus atribuciones pueden hacer cuanta modificación crean necesaria a las iniciativas de ley. Así de simple. Al menos debe simular respeto al Poder Legislativo.
Sobre las declaraciones del senador y coordinador de la bancada de Morena Ricardo Monreal, éste adelantó que, si los diputados modificaban la iniciativa, el Senado aceptaría las modificaciones; el senador morenista también recibió los porrazos y la crítica del presidente, cuando aquel afirmó que su iniciativa no sería modificada ¿Estaría mal informado Monreal? ¿Cómo?
Si el olvidadizo presidente en octubre pasado aceptó expresamente la posibilidad de ser modificada su iniciativa, aunque puso la condición de respetar su esencia; postura diferente a la de Manuel Bartlet, director de la CFE, quien entonces no aceptó que fuese modificada, cuando que este sujeto no es el autor de la iniciativa. El desorden político y administrativo de siempre, invasión de atribuciones. No se ponen de acuerdo.
Basta leer y releer la iniciativa de la contrarreforma para confirmar la pretensión monopólica en materia energética por parte del gobierno de la 4T, además de trastocar el Estado de Derecho, pretendiendo modificar los contratos al contentillo del presidente, quien califica como actos de corrupción esos contratos. Como siempre, no demuestra legalmente que así sea. Todo es parte de un discurso irónico desgastado y trasnochado.
Parece que ahora sí llevan prisa AMLO como los subordinados y desvergonzados legisladores. Pretenden que se apruebe la iniciativa en plena “Semana Santa” ¿Pensarán en algún milagro? En ambas Cámaras requiere votación calificada para su aprobación y aún Morena no la consigue.
Muchos piensan que en la Cámara de Diputados podrían comprar votos (o amenazar) para alcanzar las 2/3 partes de los miembros presentes en las sesiones; para decepción de AMLO, la oposición en el Senado aún se muestra unida, reiteran que no pasará la iniciativa como la presentó el presidente, tal vez con modificaciones, por eso Monreal Ávila intentando probar su autonomía e independencia, adelantó que podría sufrir modificaciones para que sea aprobada. López se enojó.
La oprobiosa iniciativa debe sufrir modificaciones de fondo para que sea viable. Los estadounidenses se sumaron, pero en contra. No están de acuerdo con la leonina e inconstitucional contrarreforma.
Héctor Parra Rodríguez