El “litigio público” de la honestidad o deshonestidad de la ministra Jasmín Esquivel Mossa, sobre el presunto plagio que realizó de la tesis de un tercero cuando se tituló hace más de 35 años, fue el primer acto que ensució el proceso electivo de la o el Presidente de la SCJN y del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial de la Federación. La ministra puja por ser la presidenta.
Luego vino la pésima intervención del presidente de la República, al intentar defender, indebidamente a su “candidata” a presidir la Corte y acusar a los conservadores ¿Cuáles? de querer imponer al ministro más rico de la SCJN ¿Quién es López Obrador o quién se creer para ensuciar la elección del titular del Poder Judicial de la Federación? Jurídicamente es un ¡Don Nadie! Pero, dada su conducta abusiva y autoritaria pretende imponer abierta y descaradamente a su candidata Jasmín Esquivel.
Hoy martes la mitad de los ministros con posibilidad de presidir la SCJN, intentan conseguir, al menos 6 votos para alcanzar su objetivo. Si bien son 11 los ministros, Arturo Zaldivar Lelo Delarrea, no puede aspirar a la reelección, como abusivamente también lo intentó Andrés López Obrador, por medio de prorrogar su mandato 2 años más. Los mismos ministros declararon inconstitucional la treta legislativa que intentó el déspota y autoritario de López Obrador. Así que solo quedan 10 ministros con posibilidades. 5 de ellos no levantaron la mano, en tanto que los otros 5 sí quieren presidir por un periodo de 4 años, el máximo tribunal jurisdiccional de la Nación.
La ministra Esquivel ha buscado a toda costa, al parecer con trampas, salir avante del problema del plagio de la tesis, incriminando a Edgar Ulises Báez Gutiérrez; éste, a su vez, asegura que la tesis original es de su autoría y no de la ministra, a quien acusó de “falta de valores humanos”, en la entrevista que realizó el medio de comunicación Eje Central, entrevista que de inmediato se difundió por redes sociales y otros medios de comunicación.
Báez Gutiérrez afirmó en la entrevista no haber firmado ninguna declaración ante notario público, habiendo aceptando la culpa del plagio, como lo aseguró la ministra Esquivel, prueba documental que ofreció la acusada del plagio de tesis para titularse.
Báez comentó que se encuentra convaleciente en su domicilio a casusa de una enfermedad y una operación de un ojo, así que no ha salido. Pero está dispuesto a comparecer ante la autoridad que lo requiera una vez que lo den de alta clínicamente.
Lo declarado por una de las partes en el conflicto del plagio de tesis, viene complicar más la situación jurídica de la ministra Jasmín. Se ser cierto que presentó acta notariada en la que Báez acepta ser el autor del plagio, ese hecho es un delito dado que el supuesto firmante no lo hizo. Ese sí sería un delito que puede perseguirse en contra de la ministra, si bien goza de fuero constitucional. Aunque el exabogado general de la UNAM, Eduardo Andrade, hable linduras de la ministra, a quien dice conocer desde hace 30 años. Más parece su defensor de oficio, por la férrea defensa que hizo en una entrevista en favor de la imputada en el litigio mediático, dado que la exonera de toda culpa.
Otro entrometido que se involucra en la masa escatológica. Luego vino el coordinador de la bancad de Morena en el Senado de la República, el rebelde de Ricardo Monreal, quien, sin autoridad legal ni moral alguna, se involucra en el asunto y califica, en pocas palabras, como una “guerra interna que deja al descubierto la lucha por mantener privilegios”, de los ministros; literalmente califica como cueva de corrupción y compadrazgos la SCJN. Otro más que enloda el proceso en que, ni López Obrador, ni Monreal Ávila, tienen competencia legal ni moral alguna en la sucesión de la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ¡Par de sinvergüenzas!
Hoy martes se desvelará el misterio. Los ministros celebrarán sesión solemne para elegir a su presidente. De acuerdo a su normatividad la elección podrá realizarse las veces que sea necesario hasta que algún candidato o candidata obtenga, al menos, 6 votos a favor de 11. No hay regreso, Arturo Zaldivar deja la presidencia a pesar del enorme apoyo que recibió de AMLO y la sobajes del ministro por complacerlo, dado que aquel luchó porque permaneciera más allá de su periodo constitucional de 4 años.
Ese acto abusivo de autoridad del presidente López Obrador, fue el experimento fracasado que le hubiera permitido prologar su estadía en la Presidencia de la República. Total, si el Presidente de la SCJN “hubiera” (el hubiera no existe) podido prolongar su mandato por 2 años más contraviniendo la Constitución ¿Por qué no hacerlo también el Presidente de la República? Para eso quería su “delirium referéndum”. Fracasó el primer intento de AMLO. En su mente delirante aún subsiste la idea de prologar su mandato.
La ministra Jasmín Esquivel Mossa, no ceja en su intento de asaltar la Corte a costa de quien o lo que sea. AMLO también presiona y ensucia a uno de los ministros, “al más rico” y candidato de los conservadores. Monreal desacredita a los ministros y los tilda de corruptos.
Bajo este clima hostil, los ministros debieran (que no lo estarán) mostrar unidad y elegir a su presidenta o presidente por unanimidad. En esa unidad debe estar el deseo de consolidar el prestigio de la SCJN, evitar cualquier intromisión de otro Poder que dañe y debilite su autonomía en materia jurisdiccional. No deben elegir por ninguna razón a la desacreditada de Jasmín Esquivel Mossa.
Las mismas autoridades de la UNAM, decidieron esperar para emitir su resolución administrativa para decidir, después de la elección, quién fue el o la plagiaria de la tesis que puso en entredicho la honestidad o deshonestidad de la interesada en presidir la Corte.
Héctor Parra Rodríguez