Sin pies ni cabeza en política pública en materia energética del gobierno de la #4T.
Mucho tiempo se ha pasado fustigando a las empresas extranjeras privadas que invierten en nuestro país en materia energética, pretendió cambiara la Constitución para que, el Estado, por medio de la Comisión Federal de Electricidad, fuera la rectora en la materia, dejando a la paraestatal en primer lugar, con una participación mayoritaria. Su iniciativa fracasó.
Luego canceló contratos para la cogeneración de energías limpias renovables, lo que llevó a Canadá y los EUA, a demandar, aunque ha privado la prudencia de los gobiernos para no llegar a los paneles de controversia. En los arbitrajes México perdería los juicios, consecuencia de tirar más millones de dólares a la basura. AMLO no ha respetado el T-MEC.
Simple, si el gobierno de López Obrador, no cumple con el Tratado, cuya validez jurídica es de nivel constitucional, el gobierno va al fracaso.
Frente a los bandazos en la política energética, AMLO promovió reformas a leyes secundarias, de suyo inconstitucionales. La SCJN aún no resuelve la inconstitucionalidad. Lo mismo que ha hecho con otras reformas. Le gusta llegar al filo de precipicio, no sin antes culpar a la oposición por defender a los empresarios. Éstos también han impugnado la aplicación de las nuevas normas en perjuicio de derechos adquiridos y por violación al T-MEC.
Bajo la vieja arenga de defender la soberanía energética, pretende inmolarse en la Bandera, defendiendo lo indefendible. La apertura a la inversión extranjera no solo es necesaria económicamente, también lo es para la generación de energía eléctrica limpia renovable; el gobierno no puede solo, lo mismo que con la extracción y refinación del petróleo, tuvo que comprar una refinería en territorio de los EUA y ni así ha cumplido la promesa de ser autosuficientes en gasolinas. Los bandazos de AMLO, en perjuicio de la economía mexicana.
Para la CFE es negocio limpio en dos aspectos. La cogeneración se hace produciendo energía limpia y renovables; y, el segundo aspecto, más barata. La paraestatal la compra a las empresas más barata la energía y la vende al público más cara. Doble beneficio. Pero, las ideas tergiversadas de AMLO no le permiten razonar bien las cosas.
AMLO estuvo fastidiando a la empresa Iberdrola, la acusó por saquear a México. También acusó a Felipe Calderón por trabajar para la empresa española Iberdrola. Total, nada le llena al rijo presidente.
También acusó a los jueces de amparo por, supuestamente proteger a la empresa y ordenó investigar a los impartidores de justicia por otorgar amparos en favor de Iberdrola.
En el mes de junio del 2020, López Obrador responsabilizaba a Iberdrola de implementar una campaña en medios de comunicación en contra de su administración porque están inconformes al estar ordenando el sector energético. Entonces dijo: “En el caso de Iberdrola, tengo información que son ellos los que están promoviendo esta campaña nada más que encubiertos, porque el conservadurismo tiene dos características: es muy corrupto e hipócrita, tengo que decirlo que el pueblo se entere y que el pueblo lo sepa”. El “estribillo” de costumbre.
AMLO también dio a conocer que había recibido una carta de los directivos de Iberdrola informándole que tienen alrededor de 26 plantas termoeléctricas en México y tenían la disposición deseguir invirtiendoen México.
López Obrador continuó con sus arengas políticas desde las mañaneras. En otra de tantas afirmó: “Pero ya basta, que se entienda bien, que se escuche fuerte y lejos, México no es tierra de conquista, no van a venir a saquearnos”. El trillado discurso patriotero.
Luego, frente al conflicto originado por el mismo mandatario, diría otra de tantas sandeces frente a sus arranques politiqueros: “Uy que miedo, miren como estoy temblando”.
Meses de constantes fricciones con la empresa Iberdrola.
Pero, así como dice una cosa, se desdice e inventa otras el presidente López. Al final tuvo que “tragarse sus ofensas” y llegar a un arreglo con la española Iberdrola. Claro, con la mentira dirigida a su público, engañándolos de que se trata de una “nueva nacionalización” de la industria eléctrica.
Falso, el gobierno mexicano tendrá que desembolsar 6 mil millones de dólares por la compra de 13 plantas propiedad de los españoles.
AMLO presume la compra como una “nacionalización” de la CFE. Ahora será líder en la generación de energía eléctrica, dijo. Claro, con el apoyo de la empresa extranjera Iberdrola.
¿Dónde quedó el engallado picapleitos de López Obrador? Una vez más lo doblaron. Tuvo que acceder a comprar 13 empresas para presumir que seremos autosuficientes en la generación de energía eléctrica. Más falsedades del consumado mitómano ¿Nueva nacionalización?
Nada, hay que pagar 6 mil millones de dólares a Iberdrola. Mientras la burocracia en la CFE sigue creciendo; la nómina se abultará, algo de lo cual nadie comenta, dejan de ser empleados de Iberdrola, para convertirse en burócratas.
Héctor Parra Rodríguez