Un revuelo grande ha causado el inminente decreto de Peña Colorada para declararla como área natural protegida. Y no es para menos, los ejidatarios sienten que les arrebatan su patrimonio, ese que les brindaron con certeza hace ya algunas décadas. Se comprende la enorme molestia.
Lo que llama la atención es que su representante, Rocío Vidal García, amiga cercana del delegado del RAN, Isaías Limón, amague con bloquear vialidades y hasta con tomar oficinas públicas, como si eso fuera a impedir que el tabasqueño plasme su firma en el decreto. Así es: es un tema estrictamente federal. Allá en CDMX tienen la última palabra y no en la Casa de la Corregidora como pretende hacer ver Vidal a los ejidatarios.
Esto comienza a tener un aroma ya conocido, un olor que todo politiza y que nada aterriza en la vía jurídica adecuada. Hay canales institucionales que los inconformes pueden emplear, pero la amiga de Limón insiste en que es con SEDESU, que dicho sea de paso, ya ha venido aclarando las cosas.
¿No es raro que en cada conflicto esté metido alguien vinculado a la casa morena? Es su modus vivendi: el conflicto. Pero como no pueden descararse en lo local porque sería ir en contra de determinaciones del olimpo marrón, operan de manera subterfugia, fiel al estilo de alguien. Echan por delante a la carne de cañón mientras la cabeza observa desde un dispositivo móvil toda la gamberrada que arma.