Muy delicados resultaron los agremiados al sector de discotecas y antros, que al menor roce de una rosa inmediatamente reniegan de las tareas de la autoridad a las que califican de “agresivas”, además de quejarse de que “no les avisan” cuando se van a realizar operativos de inspección. Imagínese usted que para ejecutar una orden de aprehensión le manden un mensajito al señalado: “oiga, vamos a ir por usted, quédese donde está, no se mueva ni haga trampa, eeehhhh”. Hasta parece broma pero es lo que quieren estos aspirantes a intocables.
Lo que pasa es lo que usted seguramente tiene en la punta de la lengua: antes los dejaban hacer a diestra y siniestra sin regulación alguna, pero el gobierno de Mauricio Kuri les ha metido poco a poco en cintura, y no les ha gustado. La próxima ley de seguridad privada no es de a gratis ni es de broma, viene en serio y con toda la intención de que no se vuelvan a pasar de listos como antaño.