Casi 10 mil millones de pesos ha gastado el gobierno de López Obrador, en campañas de publicidad. Artículo 19 (fundada en 1987, defensora de la libertad de expresión y el derecho a la información) y Fundar dieron a conocer la cifra y los “ganones” de los contratos de publicidad.
Por eso la enorme frustración del presidente de la República. Su mayor deseo, controlar la información que difunden los medios tradicionales de comunicación.
En la carrera de comunicación publicitaria, los medios digitales no están bajo el control del gobierno de la 4T, tampoco la mayoría de los medios de comunicación en los estados. Ello profundiza la crisis de frustración de AMLO.
Lo que antes fueron las “benditas redes sociales”, para el presidente López, se convirtieron en “malditas redes sociales”.
Incluso los medios de comunicación tradicionales se nutren de la información que navega en las redes sociales. Lucran con la información que difunden los particulares. No en balde en más de alguna ocasión se van de bruces y difunden información falsa. No quiere ello dignificar que más de alguno de los “formales”, hagan lo mismo.
El mismo Artículo 19 y Fundar, hacen el recuento de la sentencia emitida por la SCJN, para que los legisladores emitan la normatividad para regular la distribución de los dineros a los medios de comunicación comercial. 10 empresas de los medios de comunicación se llevan poco más del 50% del presupuesto, de las 768 con las que el gobierno suscribe contratos de publicidad. Refieren que los legisladores llevan 3 prórrogas y hacen caso omiso; la última vence en el periodo ordinario de sesiones que inicia el 1 de septiembre próximo.
AMLO criticó acremente a sus antecesores en el cargo, por los dispendios hacia los medios de comunicación, acusándolos de corruptos. Él, sin embargo, replica lo que antes denunció. Así es la política mediática de la 4T, seguramente piensa que se olvidaron las duras críticas por el excesivo gasto en publicidad. La realidad desmiente sus mentiras.
A pesar de que, a más de algún medio de comunicación que tiene contrato con su gobierno, de vez en cuando también arremete en su contra cuando en las páginas del “empapelado” se dan a conocer las pifias de su gobierno, por ello revienta de ira López Obrador e inicia con los vituperios, los califica de neoliberales y conservadores para luego envolverse en la “bandera juarista” y recuerda, según su versión histórica, algún nombre ilustre para compararse con aquellos adalides de la información que criticaban a los gobiernos conservadores.
Esas críticas al gobierno de López son excepciones a los medios que contrata; la mayoría de las notas son favorables. Sumado a que, poco a poco AMLO ha ido colando a sus alfiles como comentarista en medios de comunicación nacional. Sirva de ejemplo Epigmenio Carlos Ibarra Almada, aquel que recibió un crédito del gobierno de AMLO por 150 millones de pesos, empleado de la 4T, de pronto apareció en el programa de Ciro Gómez Leyva, como comentarista.
¿Alguna razón que justifique la intromisión de los artilleros de López en los medios comerciales? Por supuesto que sí, realizan las mismas críticas del mentor de López Obrador, en esos medios de comunicación de cobertura nacional. Otros morenistas han resultado decepcionados de AMLO, como el politólogo Gibrán Ramírez Reyes, razón por la cual fue despedido como defensor y comentarista en otro medio de comunicación televisivo.
Sabe bien el presidente de la República que necesita de los medios de comunicación para fortalecer sus mentiras. Muchos medios de comunicación que han recibido contratos desde el 2019, bajaron las críticas hacia el gobierno de la 4T. La compra comercial de voluntades por algunos millones de pesos bien vale la pena el cambio en la editorial de opinión. Otros medios se han mantenido bajo fuego y no ceden a las presiones.
Articule 19 y Fundar también refieren que si bien, el gobierno de la 4T, gasta mucho menos que la administración de Peña Nieto, es evidente que “persisten las malas prácticas de asignación y distribución de la pauta”. Por ello urgen a los legisladores a que regulen normativamente la “repartición” de los contratos, no hay criterio alguno de evaluación para ello.
Simplemente es discrecional la entrega del recurso público para la “pauta” de las campañas de mediatización de las pifias y mentiras de AMLO. No le han servido los casi 10 mil millones de pesos en publicidad, para doblegar a la mayoría de los medios de comunicación, sin perder de vista los gastos que realiza en las redes sociales con miles de “bots” a su favor, ese dinero no está contabilizado.
Héctor Parra Rodríguez