Hace tres años llegó el actual gobernador, con todas las buenas intenciones y la promesa de que su gobierno sería diferente respecto de la forma de atender, combatiendo la corrupción y anunciando un decálogo de funcionarios que, todo aquel que quisiera formar parte de su equipo debería cumplir a cabalidad.
Hasta estos días así había sido medianamente cumplido, no es posible decir si se cumple a cabalidad o definitivamente no se hace pues sería hablar con mentiras y “grillas”, pero si es de reconocer el hecho de que se habían tenido buenos informes.
Pero dentro de todo lo bueno que se pueda decir de la administración local, también hay que reconocer lo “malo”, como por ejemplo que desde el día 1 de su administración, hubo un pequeño pero poderoso grupo encabezado por un par de hermanos que buscó, a toda costa, hacerse con algunas de las posiciones más importantes dentro del aparato gubernamental y que, derivado de ello, se presentaron pequeños inconvenientes que no pueden ser relacionados con ellos pero si pueden asociarse con conductas atípicas.
Otro aspecto a destacar son los conflictos sociales que hay casi cada semana desde que llegó el Gobernador, manifestaciones, cierres, bloqueos, etc. Todo esto se suma a los inconvenientes con los contratistas de gobierno que rompen tuberías, utilizan materiales de baja calidad, incumplen contratos y un largo etcétera también.
Por último y en relación al primer párrafo de la presente, la constante de acciones e “ideotas” que han tenido algunos de los funcionarios que no le dan más que dolores de cabeza al titular del ejecutivo. Lo más reciente y fresco de este tema son, por un lado la titular de la Secretaría de la Cultura que ha sido acusada de muchas cosas, graves, gravísimas, que dan pie a que se cuestione al Gobernador por su imparcialidad; por otro lado la influencer más famosa de todo el Estado, quien gracias a su extraordinario manejo de redes sociales logró posicionar a Querétaro como un referente a nivel nacional sin necesidad de una estrategia mediática costosa, vistosa y elaborada… la MAESTRA Cristina Niño de Rivera, quien además ha mostrado su gran habilidad al volante con manejo táctico y evasivo, puso a Querétaro como el tema de conversación a nivel nacional pero no por una buena razón, quien sí lo hizo y con toda autoridad, dando golpe de mesa y hasta cierto punto un ejemplo claro de que NADIE esta por encima de la ley, es el Gobernador, quien de forma inmediata la despidió.
Si, el comunicado lo dio la SEGOB pero es evidente que ese movimiento no podían hacerlo sin el consentimiento del jefe. El punto es que durante 3 años se ha visto una administración complicada pero con el paso de los días, todos los problemas a los que se enfrenta el Gobernador y su administración, han sido subsanados únicamente por el, porque tantas deficiencias de previsión y el exceso de contención, deben ser culpa de alguien más.