Morena y sus funcionarios confían en la desaparición del INE y del TEPJF, por eso violentan la normatividad electoral.
El mismo Adán Augusto López Hernández, bajo la investidura de Secretario de Gobernación, confiesa que no importa que lo sancione el INE (por sus actos proselitistas), éste desaparecerá con la iniciativa de reforma propuesta por el presidente de la República. Grosero y tramposo.
Nadie puede, en su sano juicio, creer las mentiras de los morenistas que, cuando realizan actos políticos de proselitismos para posicionar mediáticamente a las “corcholatas” que compiten para ganarse la confianza de AMLO, con el argumento de que, sus reuniones son de partido y de carácter informativo sobe la iniciativa de reforma constitucional presentada por el presidente López. Ni ellos creen en sus falacias.
Tanto el INE como la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, han coincidido jurídicamente en las violaciones que vienen cometiendo diversos funcionarios y representantes populares de Morena, mediante la acción promovida por la oposición. Bajo la aplicación de la apariencia del buen Derecho, los accionistas de las quejas han probado las violaciones constitucionales y legales en que han incurrido los desesperados por ganar las elecciones del 2023 y 2024. Y así arguyen: ¡Restringen de manera arbitraria sus derechos políticos y civiles! Es la mentir del argumento morenista.
Derivado de la última sanción impuesta por las autoridades electorales a morenistas tanto a funcionarios, como a servidores públicos de elección popular y dirigentes, al unísono, cual banda de delincuentes, morenistas acudieron a quejarse en las redes sociales.
La queja la acompañan con la frase: “¡Es un honor, luchar con Obrador!” (publicidad prohibida). En tanto las autoridades del INE hacen también público en redes sociales, el acuerdo sancionador y dan a conocer los nombres de los infractores, entre ellos Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, gobernadores, gobernadores electos, diputados y el dirigente de Morena, Mario Delgado.
46 morenistas suscriben la queja de que se duelen por la sanción impuesta por las autoridades electorales. Por supuesto que entre ellas está el intimidante Secretario de Gobernación y la gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo. Marcelo Ebrard no los apoya, al menos no está su nombre en la lista de los “chillones” (pájaros que hacen mucho ruido).
En la cuenta de Twitter de Claudia Sheinbaum, gobernadora de la CDMX encabeza su queja con la siguiente frase: “Este es un llamado por la defensa de las libertades y la democracia. Dedicamos estas palabras al pueblo de México”. Más promoción mediática y política de quien desvía su atención en lugar de dedicarse a gobernar, para eso cobra su salario, no para hacerse la víctima y acusar a las autoridades electorales.
Reza uno de los párrafos de la queja pública: “La medida es claramente excesiva y violatoria de las libertades y garantías individuales de quienes participamos en dichos eventos, pues restringe de manera arbitraria nuestros derechos políticos y civiles de reunión, asociación, manifestación, difusión de las ideas y afiliación política consagrados en la Constitución”. De victimarios de la ley, pasan a ser víctimas.
Más proselitismo. En otro de los párrafos, los “chillones”, asientan: “Es claro que el bloque conservador está desesperado porque no encuentra cómo detener el apoyo y reconocimiento que la gente le tiene a nuestro presidente y a su gobierno, así como el avance contundente de nuestro movimiento a lo largo y ancho del país”. La gobernadora llama a las autoridades electorales “conservadores”, palabra utilizada para estigmatizar todo aquello que les molesta o les estorba, misma en la que basa sus alegatos diarios el presidente López.
8 párrafos de proselitismo político promovido en redes sociales por la gobernadora del la Ciudad de México ¡Tramposa! Vuelve a incurrir en violación a las normas electorales con el propósito de ser sancionada de nueva cuenta y hacerse la víctima de violaciones a sus derechos humanos, cuando que, como autoridad tiene limitadas sus atribuciones exclusivamente a lo que las leyes le facultan. La señora quiere “chiflar y comer pinole a la vez”.
Sin duda jurídica que tanto el INE como la Sala Superior del TEPJF, han actuado con apego a las normas constitucionales y legales.
Que los morenistas no acepten respetar y ceñir su conducta a las mismas, no es otra cosa que la manipulación de la verdad, al igual que AMLO, quien adelanta que defenderá la soberanía nacional con un discurso el 16 de septiembre, por aquello de la violación al T-MEC.
En ambos casos el fondo es jurídico y lo llevan al terreno político de sus simpatizantes. Por eso las huestes amloistas emulan la misma conducta: grosera, tramposa y “chillona”.
Héctor Parra Rodríguez