En política hay señales, no podemos negarlo. Una foto, un tuitazo, hasta si te invitan o no a eventos, dice mucho del presente pero sobre todo del futuro. Estas señales, a los chismosos de la política, nos encantan porque van trazando caminitos que por lo general se dan.
La vieja política del tapado quedó atrás. Los políticos jovenzuelos y no tan chamacos, se adelantan a los tiempos. Pero es natural, todo el mundo corre por las vías de la inmediatez. Los videos largos ya nos dan hueva, hoy preferimos videitos de 30 segundos que podemos deslizar fácilmente en un interminable “zapping”.
Todo rápido, todo inmediato.
Pero ante esa caballada desbocada siempre hay alguien que puede jalar las riendas: el gober.
¿Por qué hablé de los caminitos que por lo general se dan, o se daban? Porque en el caso de Luis Bernardo Nava, de manera natural le toca la nominación panista al Senado. ¿Por qué? Por que en encuestas tiene buenos números y sigue las reglas de la vieja política: ¡esperar!
La política del gober no es de la vieja política. Es más, a estas alturas no entiendo todos los síes que ha dado el gober a las aspiraciones de los que hoy quieren estar en las boletas del 24. Porque una cosa es el sí y otra es que ese sí vaya acompañado de algo que lo sustente.
Regresando al tema de los precipitados, que como decía Díaz Ordaz, confunden las horas con los años y los años con los siglos; hoy ya estan ya moviendo las piezas.
Agustín Dorantes, en un “plot twist” de un guión que podría ser de Christopher Nolan, por pedido, ya sale en las encuestas. Despues de un “estate quieto”, el Secretario de Desarrollo Social, hoy vuelve al ruedo pero con ambiciones más altas: el Senado.
Hoy, precisamente hoy, hay una reunión quasisecreta para comenzar la operción política rumbo a Reforma e Insurgentes. Ya con el equipo, con los cercanos. En días pasados, al calor de las cubitas, ya hubo reunión con los picudos de los medios.
Yo que escribo ya me quedé con cara de “me no entender” y es que resulta que lo que podría ser una candidatura sin mayor problema y con los números suficientes en calle y al interior del partido, hoy tiene más competidores que debilitan lejos de fortalecer. Lo ganado en las elecciones pasadas está en juego, aquí no hay miel sobre hojuelas. Todo esto genera un desgste innecesario y que poco beneficia al PAN porque sin hacer algo extraordinario, todo esto beneficia a MORENA; porque sí, será una contienda de dos: MORENA vs PAN.
Si yo fuera… jalaría la rienda, frenaba a la caballada y daba la directriz de quien va y quien no va, con el único fin de generar unidad. Si yo fuera… pero no soy.
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La política es un Partit de Costellada. La traducción al castellano sería como un “partidito” que se hace durante una carne asada; informal, entre amigos. Así es la política.