Fallas. Saldos que desaparecen, dobles cobros y recargas que no se hacen son algunas de las fallas que persisten en las famosas tarjetas para pagar el transporte público. Las quejas no se reducen y se dan semana con semana. La AMEQ no puede corregir y se la vive en promesas de arreglar un problema técnico que ya fastidia. El perfil de la Agencia en Twitter no se da abasto con la inmensa cantidad de quejas. ¿Sí podrán?
Camaleónico. Desde que se quedó solo anda muy desorientado, dicen. El exsíndico de Roberto Loyola sueña, como siempre lo ha hecho, con gobernar Colón pero nomás no se le cumple. No obstante quizá haya una luz verde al final del túnel, siempre y cuando se sume a la causa de Sheinbaum. El partido del tucán podría abrirle el espacio para contender, aunque todavía el 28 de abril andaba metido en el Comité del PRI en la visita de Alito. De ser el gallo verde en Colón, tendrá que ver cómo libra sus múltiples trascendidos de corrupción y acoso.
Malos proveedores. Frío, a destiempo y sin respetar las especificaciones de los médicos es como sirven los alimentos en algunos hospitales como el General y el del Niño y la Mujer. Los trabajadores que han aprovechado el servicio terminan enfermándose y han optado por ya no ingerir lo que ahí preparan. El proveedor no se deja ayudar, pues ya le han ofrecido orientación y se niega a recibirla. Tiene desde enero con los vicios y nomás no corrige. Suena a chiste pero el asunto es más delicado de lo que parece, pero como es recomendado no le interesa mucho la mejora.
Comerciantes abusivos. ¿Se acuerda de aquellos comerciantes y franeleros que bloquearon durante 1 minuto la carretera 57 porque no les dejaban “trabajar” en el concierto del Buki? Pues se pusieron exigentes y ahora están demandando una explicación al rumor de que podría instalarse una tienda de conveniencia al interior del estadio Corregidora. “No estamos de acuerdo”, refieren. Imagine que usted pinta su casa pero alguien más opina que el color es feo, al tiempo que amenaza con protestar ante el color que usted eligió para su casa. De ese tamaño el disparate de este par de hermanos de apellido Arteaga. Se les da la mano y se agarran la pata, pero es la última.
Robos. No es por ser mal pensados, pero la seguridad privada tiende a estar relacionada con acontecimientos como los suscitados en Villas Regency. Hace algunos meses un vecino de Juriquilla (atrás de Chedraui Selecto para ser más precisos) cachó al interior de su domicilio a un elemento de cierta empresa cuyos guardias y vigilantes han sido detenidos con armas hechizas y drogas en otros fraccionamientos. Es toda una calamidad, pero pesa más el apellido del empresario.