Consejo priista. El domingo pasado se llevó a cabo el consejo político estatal del PRI en donde tomaron protesta los “nuevos” consejeros. La escena fue triste, por lo que cuentan. No más de 220 presentes, y en primera fila los responsables de la catástrofe tricolor (entiéndase, dos exgobernadores del periodo 2009-2015). Se lamenta que militantes de toda la vida, como el joven Alberto Lugo, siga picando piedra para otros; nunca le ha tocado un espacio de relevancia pese a estar siempre al pie del cañón. Buitres atascados.
Rebatinga en la UAQ. Entre acusaciones de plagio e intromisiones por parte de externos, es como se ha venido dando el proceso electoral de la UAQ. En realidad, lo que ha tensado de más la cuerda es la presencia de un perfil en la comisión electoral, mismo que está directamente concatenado a la nómina gubernamental. ¿Quién habrá sido el listillo que lo puso a operar? De plano no midió el alcance de su prolija acción.
Herrera. Dicen que el senador de Morena, Gilberto Herrera, se ha ganado a pulso el sobrenombre del “pie plano”, porque pisa parejo. No importa si es tema de agua, de educación o consejos de cocina, él le entra a todo con tal de capitalizar de cara al 2024. Su última incursión fue con la USEBEQ y los maestros, cosa que no habrá de gustarle mucho al sindicato. ¿Permitirá Francisco Ramírez Labra que el Pie Plano le pise sus esferas de influencia? El senador quiere cabalgar en un terreno pantanoso.
Y hablando del PRI. Si las fotos y las fuentes no nos engañan, hubo dos perfiles que no estuvieron en el consejo político del PRI, cosa que llama poderosamente la atención. Se tratan de Marco Malo y María Alemán, los regidores tricolores capitalinos que normalmente van a todas las fiestas del otrora partidazo. Seguro hay explicación.
Y de Morena. Entre que son peras o son manzanas en temas de igualdad y paridad, los morenistas ya deberían quitarse de líos y optar por una mujer en la primera posición para el senado. De preferencia joven, usted me entiende.